Amor entre miradas - Capítulo 10.

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Nuestro viaje comenzó, con solo pensar que sería largo ya deseaba acabar con todo y volver a Fortuna

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Nuestro viaje comenzó, con solo pensar que sería largo ya deseaba acabar con todo y volver a Fortuna. El camino era silencio, apenas teníamos conversación y me daba cuenta que era forzada, eso hacia que la incomodidad creciera peor, por suerte nos detuvimos a descansar en una cabaña que al parecer Vergil ya había visto, porque... ¿Cómo demonios sabía que justo habría una allí?
-Que suerte tuvimos al hayar esta cabaña-dijo Vergil mientras se quitaba la gabardina. 
-Si-comenté irónico sentándome sobre el sofá.
-Iré a darme un baño, no tardo-aviso mientras iba en dirección a este.  
Me acomodé en el sofá y suspiré recordando la expresión de Dante ¿Estaba triste? ¿O sólo era mi imaginación?

Ten cuidado...

Sonó en mi cabeza, abrí los ojos al sentir que sonaba mi celular, tomé de el, pude ver el nombre de Dante, inhalé profundo y atendí. 
-Dante-nombré. 
-Nero ¿Estás bien?-preguntó rápidamente. 
-Si...-respondí confundido. 
¿Por qué me llamaba?
-¿Seguro?-insistió. 
-Si, lo estoy ¿Por qué lo preguntas?
-Porque...-quedó en completo silencio, solo escuchaba su acelerado respirar.
-¿Dante?
-Porque no quiero que Vergil haga alguna estupidez contigo-escupió, me sorprendí ante aquellas palabras.
-Pero que dices...
-Conozco muy bien a Vergil y se de lo que es capaz-suspiró y aclaró la garganta-realmente...no deseo que se acerque a ti.
¿Acaso ellos no eran pareja? ¿Qué estaba sucediendo?
-Se que es confuso y te lo explicaré muy pronto cuando pueda. Lo único que quería decirte es...te amo nene.
El corazón me comenzó a latir a mil y de improvisto mis ojos comenzaron a inundarse bajo lágrimas, una mano tomó del célular haciendo que volteara a ver a Vergil quién se los acercó a la oreja.
-Lo siento Dante pero en este momento Nero esta ocupado-dijo-piérdete-agregó por último colgando. 
-Pero que...-observé confundido. 
-¿Qué haces hablando con Dante?-preguntó alzando una ceja. 
-Me había llamado y preguntó cómo nos encontrábamos-respondí. 
-O como te encontrabas tú querrás decir-comentó entregándome el celular.
Observé que llevaba solo un pantalón como pijama. Tenía los cabellos alborotados sobre el rostro y si que se parecía mucho a Dante, es muy obvio porque son gemelos, idénticos como una gota. Su torso estaba marcado y llevaba algunas que otras pequeñas cicatrices sobre el pecho. 
-¿Quieres saber por qué razón tengo esto?-preguntó al observar mi atención en ellas. 
-N-No-negué. 
No quería que creyera que lo miraba por esa razón, es muy lindo y atrayente, pero... estoy enamorado de Dante y luego con lo que me dijo no lo cambiaría por nadie en el mundo. 

Te amo nene...

Recordé esa palabras, debía volver y arreglar todo con Dante, debía hacerlo ahora mismo, y sin pensarlo me levanté del sofá. 
-Debo irme-dije tomando mis cosas y metiéndolas dentro de la mochila. 
-¿A dónde?
-Debo...hacer algo-respondí. 
Se acercó a mi y tomó mi barbilla, la ladeó hacia él y besó mis labios de improvisto. Abrí los ojos de par en par totalmente sonrojado, traté de apartarme de él, pero era en vano, tenía más fuerza que yo, sus manos traviesas comenzaban a bajarme el cierre del chaleco.
-¿Qué haces?-pregunté apenas porque tenía sus labios deborando los míos. 
-Lo que tuve que hacer hace tiempo-respondió entre ronroneo.
Me tomó del brazo, llevó al cuarto y de un tirón me tiró sobre la cama, quise levantarme pero su gran cuerpo sobre el mío lo impidió.
-No...-negué al sentir sus manos rozar bajo mi musculosa. 
Quería huír de allí, no deseaba estar en ese lugar, si tán solo le hubiera hecho caso a Dante, no pasaría esto. 
-Basta-dije presionando los dientes y puños con fuerza, me sentía tan débil de no poder hacer nada. 
-Disfruta niño, porque no creo que Dante te pueda hacer todo lo que te haré yo-dijo soltando una sonrisa ladeada. 
Levantó mi musculosa y rozó sus manos por mis tetillas y comenzó a pelliscarlas mientras besaba mi cuello. 
-Basta-me quejé.
Tenía las manos posada sobre sus hombros y empujaban para que se apartara.

Entre dos amores - DantexNeroxVergil. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora