Entre dos amores - Capítulo 7.

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Tenía ya preparada la renuncia del local, la tomé en mis manos y observé

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Tenía ya preparada la renuncia del local, la tomé en mis manos y observé. Debía tener coraje y enfrentarlo a él y a la realidad. Abandoné el castillo y partí en dirección al local, al llegar me detuve en seco observando el cartel luminoso "Devil May Cry", cuantos recuerdo me traían. La primera vez que había llegado, mi primera batalla al lado de Dante... Dante, Dante, no puedo borrar ese maldito nombre de mi cabeza.
-Basta-dije frunciendo el ceño.
Tomé coraje, me acerqué a la puerta pero observé que ya se encontraba abierta. 

Qué raro que Dante deje la puerta abierta.

Pensé, oí que estaban hablando, me acerqué a la abertura de esta y pude observar que eran Dante y Vergil, al parecer estaban discutiendo, típico de ellos. 
-¡¿Qué demonios piensas que eres para venir a decirme todo esto?!-soltó Dante levantándose de su asiento. 
-¡Ya me tienes harto con tus idioteces!-soltó Vergil enfrentándolo. 
En cualquier momento iba a ver una pelea por el ambiente que se comenzaba a formar. 
-Eres un maldito idiota-ladró Vergil tomándolo del cuello de la gabardina. 
-Aprendí de ti idiota-comentó Dante soltando una burlona sonrisa. 
-Te odio-dijo por último Vergil atrayéndolo más a él para depositar los labios en los de Dante. 
Abrí los ojos de par en par,
Dante no se negó, lo siguió besando acercándolo a él mientras lo tomaba de la cintura. Me dí la vuelta llevando una mano sobre la boca y la otra sobre el pecho, sentía el corazón palpitar a toda velocidad, el rostro caliente de lo rojo que se encontraba y mis ojos que  comenzaban a aparecer lágrimas ¿Qué me estaba sucediendo? Sentía un inmenso dolor en el pecho, apenas lo aguantaba. Presioné mi mano contra el pecho tratando de parar ese dolor tan horrendo. Salí de allí lo más rápido posible, no podía observar ese momento tán doloroso para mi, me detuve en el parque tratando de tomar aire por todo lo que había corrido.
Sentía mucho odio y tristeza por lo confundido que estaba y por lo que me hacen pasar ¿Realmente seré un simple juego para ellos?
-Pero...

¿Y esas palabras que me había dicho Dante aquella noche?

Pensé recordando ese día. 

Me gustas Nero...

Su voz pasaba por mi cabeza una y otra vez. 
Cada vez que lo recuerdo, siento escalofríos por todo el cuerpo, y Vergil, por el realmente no sé si siento algo, pero verlo con Dante es tan...
-Maldición-maldije dejando caer la cabeza hacia atrás. 
¿Estoy tán perdidamente enamorado de Dante? ¿Tán idiota te vuelve el amor? ¿Por qué a mi? 
Me estaba matando todo esto de Dante y Vergil, confesando lo que "sienten por mi" cuando no es cierto porque encontré a ambos ahí en pleno acto.
-Mierda...-maldije sacudiendo la cabeza.
Lo único que pude hacer fue volver al castillo y descansar, dicen que cuando alguien se encuentra triste le agarra sueño, y al parecer es muy cierto. En mi abrumó por completo y lo único que deseo en estos momentos es llegar, recostarme y jamás despertar, al menos allí tendré una vida tranquila.

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