Entre dos amores - Capítulo 6.

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Llegaba la mañana y yo aquí amanecido, no pude dormir en toda la noche luego de lo sucedido

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Llegaba la mañana y yo aquí amanecido, no pude dormir en toda la noche luego de lo sucedido. Era imposible borrar de mi esos ojos celestes conteniéndome, sentir esos labios apoderarse de los míos, lo tenía soldado en mis pupilas.
-Basta-dije levantándome de la cama.
Ya me encontraba vestido desde anoche, tomé la gabardina y abandoné la habitación, crucé en mi camino a Kyrie.
-Hola Nero-saludó alegremente y sonriente.
-Hola-saludé devolviéndole el afecto.
-¿Qué te parece si vamos a tomar algo en la cafetería a dos cuadras de aquí?
No era mala idea, después de todo necesito cafeína en mi ser.
-Claro-respondí.
Realmente estar con Kyrie de seguro me haría olvidar un poco de todo este problema, siempr está cuando más la necesito y hoy era el momento.
Nos fuimos a la cafetería, en el camino como era de esperarse contabamos anécdotas y reíamos sin parar, necesitaba de esto, era perfecto. Estabamos tán entretenidos hablando que noté que ya habíamos llegado a la cafetería.
-¿Qué pedirás?-preguntó mientras observaba el menú.
-Un helado de fresa-respondí.
De seguro un poco dulce no le vendría mal a mi estado amargo que tenía en este momento.
-De acuerdo, yo también-dijo dejando el menú sobre la mesa.
Se acercó un hombre.
-¿Qué van a pedir?-preguntó.
-Dos helados de fresas por favor-respondió Kyrie.
-En instante se los traeré-dijo soltando una sonrisa mientras se iba.
Observé hacia afuera de la ventanilla, la gente pasar por la calle y recordando a....
Dante.
Pensé torciendo el gesto.
-¿Sucede algo Nero?-preguntó Kyrie.
-No, para nada-respondí volviéndome hacia ella.
-¿Estas seguro? Te veo muy callado últimamente-dijo con un tono de preocupación.
Posé una mano sobre la de ella que se hallaba sobre la mesa.
-Estoy bien Kyrie, no te preocupes-dije soltando una sonrisa.
Sólo sonrió sonrojándose, notaba un brillo en sus ojos cómo me encataba verla en ese estado de ánimo, ojalá fuera como ella. Los helados habían llegado.
-Aquí están-dijo depositándolos sobre la mesa-Que los disfruten-agregó por último sonriendo.
-Muchas gracias-agradeció Kyrie devolviéndole la sonrisa.
Se fue de allí y nos dejó a Kyrie y a mi tomando de nuestros helados.
-¿Cómo te esta yendo en el trabajo?-preguntó.
Sentí un golpe en el pecho.
-Bien-respondí sin interés alguno.
Aunque realmente si me importa, va a ser muy difícil volver allí ver al rostro a Dante y entregarle mi denuncia.
Presioné la cuchara que tenía en mi mano.
-¿Nero?-observó Kyrie.
No podía ocultarlo, ya no aguantaba más cuando estaba apunto de abrir la boca vi pasar a alguien de azul, desvié los ojos hacia esa persona que se sentaba en una mesa detrás de Kyrie, era Vergil.
¿Qué hace aquí?
Pensé abriendo más los ojos.
-¿Sucede algo?-preguntó Kyrie al ver mi expresión.
-No, nada-respondí volviendo a observar hacia ella.
-Anda Nero ya deja de mentirme, algo te ocurre-dijo frunciendo el ceño.
-Nada Kyrie, enserio-soltando una risa.
Observé nuevamente hacia atrás de Kyrie y vi cómo Vergil me observaba, penetraba sus ojos en mi los desvié de inmediato sonrojándome por completo.
Maldición ¿Por qué me sonrojo de esta manera?
Pensé, volví a ver y aún lo seguía haciendo.
Deja de hacerlo....
-Nero, estas rojo-dijo Kyrie-¿No tendrás fiebre?-preguntó.
Justo Vergil soltó una ladeada sonrisa al oír lo que comentó Kyrie, esto me hizo sentir más avergonzado que antes.
-Estoy bien-respondí tragando fuerte.
-Mmmm....-torció el gesto Kyrie-Ah! recordé que debo ir a ver a Credo-agregó por último levantándose de un salto de su asiento.
-Pero....
Me interrumpe.
-Me encantaría quedarme Nero, pero le prometí ayudar en algo-dijo apenada.
No te vayas por favor, no me dejes sólo con Vergil.
Pensé aterrado.
-Lo siento Nero-se disculpó dejando dinero sobre la mesa-Por lo del helado y gracias por estar conmigo aunque sea un momento-agradeció soltando una sonrisa.
-De nada-dije sonriendo.
Depositó un beso sobre mi frente y luego abandonó la cafetería, observé hasta que desapareciera en la esquina de la calle. Solté un suspiro relajando mis hombros, me encontraba muy tenso ¿Y cómo no estarlo? Desvié disimuladamente los ojos hacia Vergil este se encontraba tomando una taza de café y leía un libro.
¿Qué estará leyendo? ¿Algún hechizo para conquistar a Dante?
Pensé soltando una irónica sonrisa de inmediato desvió los ojos hacia mi y notó que lo observaba rápidamente observé hacia la ventanilla llevando la cuchara de helado a mi boca.
¿Por qué me mira tanto?
Su mirada es muy incómoda y acosadora. Tomé el último poco de helado, me levanté saqué de mi bolsillo dinero y dejé sobre la mesa para luego abandonar la cafetería.
Comencé a caminar por la calle con las manos en los bolsillos del pantalón pensando ¿Cómo haré para ir hasta el local y entregarle mi denuncia a Dante? Luego de lo sucedido realmente va a ser muy incómodo ir y decirle "Dante, aquí esta mi renuncia". Apenas puedo nombrarlo ¿Creerán que podré decir lo demás? Soy un idiota.
-Si, realmente soy un idiota-dije frustrado.
-¿Y ahora te das cuenta de ello?
Se oyó una voz, voltee a observar que era Vergil.
-Vergil-dije asombrado-¿Qué haces aquí?
-Deseaba salir a tomar un poco de aire, tener tiempo libre y conocer un poco este lugar-respondió observando hacia la calle.
-Que bien-dije asintiendo.
-¿Y tú? ¿Por qué no fuiste a trabajar hoy?-preguntó.
-Porque....
No sabía que responder, me encontraba en blanco.
-Porque no podía, Kyrie me necesitaba-dije rápido.
-¿Si?-preguntó alzando una ceja.
-Si-respondí.
Sabía que no me creería, tardé mucho en responder una pregunta tan idiota.
-Dime la verdad Nero ¿Renuncias por Dante?-preguntó.
Abrí los ojos de par en par. ¿Cómo lo sabía?
-No sé de que estas hablando-dije haciéndome el desentendido.
De un abrir y cerrar de ojos lo tenía ante mi.
-No sabes mentir-dijo tomándome del rostro.
-Pero que.....
Fui interrumpido por sus labios que sellaron los míos en un beso, abrí los ojos de par en par sonrojándome a más no poder. De un empujón me aparté de él.
-¡¿Qué rayos crees que haces?!-solté.
-Besarte-respondió con ironía.
-¡Ya lo sé idiota!-ladré frunciendo el ceño.
Esos labios que besaron a los de Dante, me sentía tan usado cada vez que alguno de los dos me besaba ¿Lo hacían por diversión?
-Tranquilo Nero-dijo con un tono de voz calmo, cómo lo a sido siempre.
-Basta Vergil, esto no es un juego, dejen de jugar conmigo maldita sea-dije enfurecido.
Ya no aguantaba más ¿Acaso esto no tiene fin?
-No sé de que hablas, Nero cálmate-dijo dando un paso hacia mi.
-No te acerques-dije alejándome-Déjame en paz-agregué por último abandonando el lugar.

Entre dos amores - DantexNeroxVergil. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora