Estoy en una azotea, desde la cual se ve toda la ciudad a mis pies, llevo un vestido blanco, vaporoso, acaricio la tela disfrutando su suave tacto junto con la brisa fresca que lo remueve, no se que hago allí, pero mi cuerpo me grita que debo de estar allí, algo a lo lejos se acerca, flotando en el aire, entrecierro los ojos para intentar ver mejor lo que en breves dejara de ser una mancha borrosa avanzando por un cielo estrellado. Cuando esta suficiente cerca, mi mente se tensa pero mi cuerpo esta totalmente relajado ante lo que ve, Sebastian, me tiende la mano, sonrío y la tomo, avanzo hacia el y me precipito hacia el vacío, antes de llegar al suelo oigo como se ríe de forma victoriosa y atertadora. Despierto empapada en sudor, llevo dos días que no duermo bien, los sueños son muy parecidos y aun no se que querrán decir, mi padre cree que es porque no me agrada tener que ayudarlo en un futuro, pero yo no las tengo todas conmigo. Decido que pegarme una ducha sera lo mejor, aparte que no me hará ningún mal dármela, con ello espero quitarme la sensación de miedo que se instalo en cada parte de mi cuerpo, desde que me lo encontré saliendo de casa de Adela, menos mal que mi padre llego a tiempo, cuando lo vio algo en su mirada cambio, como si no se atreviese a mantener la mirada a mi padre. También mi padre me a comentado que lleva varios días sin saber de Gabriel, desde que cene con mi madre en casa de Derek, no le culpo, yo también quisiera que me tragara la tierra o desaparecer por una larga temporada, debo de hablar con el, las cosas no pueden seguir asi. Esta noche es noche vieja y he quedado con Laura después de las uvas para salir de fiesta, pero esta vez quiso asegurarse de quedar conmigo en la puerta de la discoteca a la que solemos ir, me hizo prometer que por mucho que me llamara queriendo quedar en algún sitio raro que no le hiciera ni caso. Una vez tomadas las uvas, me doy un rapido vistazo en el espejo, llevo un vestido rojo que se amolda bastante bien a mi cuerpo y tacones negros, cojo mi abrigo de vestir negro, el bolso y salgo por la puerta, decido pedir un taxi porque hace bastante frio, me dice que tardara unos quince minutos, cuando faltan cinco decido salir de mi portal a esperarla en la calle.
-¿Que hace una chica tan guapa en la calle a estas horas? -su voz es como una descarga en mi torrente sanguíneo.
-¿Me dices a mi? -parpadeo los ojos de forma inocente cuando me giro a mirarlo.
-¿Ves a alguien mas hermosa por aqui? -intenta dar un paso hacia mi y casi se va de bruces al suelo.
-Se que es absurdo pero, ¿Estas borracho? -me mira de forma abrasadora a los ojos.
-De ti -mi pulso se dispara más aún.
-No se muy bien que esta pasando aquí, pero si te pido que subas arriba y esperes a que vuelva, ¿Me haras caso?
-¿Me estas retando? -sonríe juguetón.
-Claro que no, pero, ¿Lo harías por mi? -mi tono de súplica queda muy palpable.
-Por supuesto princesa -Gabriel hace una torpe reverencia y desaparece por mi portal.
Justo llega el taxi y me subo en el, de camino a la discoteca intento asimilar lo que acaba de pasar, ni siquiera se si es posible, como no hace las tipicas funciones vitales, como podria siquiera llegar a estarlo, pero algo le pasaba seguro, llego a la zona de las discotecas, pago al taxista y me dirigo al encuentro de Laura. En la discoteca no consigo desconectar, no paro de darle vueltas a lo sucedido, incluso estoy un poco preocupada por el.
-¿Me vas a contar que te pasa? -Laura deja de bailar y me mira a los ojos.
-Gabriel a aparecido en mi portal, parecía borracho.
-Pero, ¿No era un alma en pena? -hago una mueca ante su referencia.
-Yo casi que prefiero ente o fantasma antes que eso -ella oculta una sonrisa.
-Bueno, ¿Donde esta ahora? -mira a su alrededor forzando la vista, intentando verlo.
-Esperandome en casa, creo -una sonrisa maliciosa escapa de sus labios.
-Pues ve a ver que tal se encuentra el galán -me guiña un ojo.
Yo resoplo ante su comentario, aun asi cojo mis cosas y me despido de ella, no sin antes prometer que le mandare un mensaje cuando llegue, a veces se comporta como si fuera mi madre. Durante el trayecto de vuelta a casa me noto inquieta, no puedo dejar de darle vueltas a las palabras de Laura, ya es bastante complicado sentir lo que siento o que el sienta lo mismo como para que ella me aliente, muchas veces la mataría o algo peor, si es que existe, pero me comprende como nadie, no se le escapa ni una, sabe lo que siento sin necesidad de habérselo contado, eso a veces me asusta. Desde aquella noche en la piscina de la casa de Derek no lo había vuelto a ver hasta esta noche, no se como han sido estos dias para el, pero si para mi, es como sentir un amor hueco, un amor que solo lo puede llenar el. Recuerdo lo que paso en la piscina, cada detalle, jamas lo olvidaré.
*-Esto, no esta bien -suspiro.
-Pero es lo que sentimos, ¿Tan malo es? -me mira a los ojos buscando un ápice de complicidad.
-Deberia de ayudarte a encontrar la razón para irte, no para quedarte -desvio mi mirada a mis manos, colocadas en mi regazo.
-¿Quieres que me vaya? -noto que gira su rostro para dejar de mirarme.
-Yo no quiero que nadie se vaya, ¿Porque tiene que ser todo tan complicado? -aprieto los puños para aguantar bien la presa de emociones que noto a flor de piel.
-Sin embargo, es lo correcto, debemos de avanzar y dejar lo que amamos atrás... -se incorpora y lo miro a los ojos, noto tristeza, como si algo lo estuviera rompiendo por dentro.
-La vida no es justa, pero es vida... -susurro.
-¿Y el amor muerto? -frunce el ceño.
-¿Muerto? -lo miro confusa.
-Aquel que muere antes de nacer, de forma tan prematura... Pero yo no seré quien mate este, eso te lo puedo jurar.
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Y por última vez, te quiero
Teen Fiction¿Que harías si te despertaras sabiendo cosas que nadie mas sabría? Pamela es una chica mas inteligente que el resto de los de su edad, tiene un coeficiente intelectual muy elevado, lo que hace que la gente la mire raro en ocasiones, a la que pocas...