Parpadeo, parpadeo, observo como me escruta con esos ojos tan verdes capaces de incomodar a cualquiera que los mire durante un mínimo de cinco segundos. Cree que yo se quien es y con esta son tres veces las que lo veo, se que seremos de la misma edad pero dudo que eso lo ayude mucho, veo que tiene los puños apretados a los lados, esta impaciente, si no le doy una respuesta tarde o temprano, se que no se rendirá hasta que se la de y aun así me ha dejado sin palabras, no me pasaba algo así desde que mi madre me dio la trágica noticia del fallecimiento de mi padre, recuerdo quedarme muy quieta y sin parpadear, como ahora mismo.
Lleva una sudadera gris, vaqueros clásicos y deportivas negras, el pelo, desaliñado es de un castaño claro, si no fuera porque su pelo es un perfecto desorden me atrevería a preguntarle si ha metido los dedos en un enchufe recientemente.-¿Sabes quien soy?
-Eso es algo que deberías de saber tu, ¿No? -mi garganta está seca.
-No, me acuerdo de nada -mete sus manos en los bolsillos, el tampoco tiene hilo, se porque.
-A lo mejor me precipito pero, desde lo último que puedes recordar, ¿Soy la única que puede verte?
-Sino es eso, por lo menos no me ignoras como el resto -agacha la mirada.
¿Como le dices a alguien que esta muerto? Yo no tengo tacto para estas cosas, si al menos mi padre estuviese por aquí pues le dejaría a el que se lo aclarara. Es hermoso, ¿Como puede alguien tan hermoso estar muerto? Esa mirada me atrapa cada vez que me mira, es como acogerme dentro de el, abrazarme y escupirme después, su barba incipiente, esos brazos musculosos pero a la vez parecer tan delicado, sin lugar a dudas lo hace un ser hermoso.
-A lo mejor no te gusta lo que te voy a decir, pero creo que estas muerto.
-¿Perdona? -me mira a los ojos atónito.
-Yo, esto... -.trago saliva- puedo ver a la gente que esta muerta que aun esta en el plano terrenal por algún asunto pendiente.
-¿Estas bromeando? -veo que se inquieta, noto que aprieta los puños dentro de los bolsillos.
-¿Tienes tiempo? Así te lo explico mejor -le señalo con el indice de mi mano derecha el sofá negro de la estancia.
-Según tu, es algo que ahora me sobra, ¿No? -arquea una ceja, su cara es una mezcla de confusión y diversión.
Cuando nos sentamos le explico de forma paciente, lo que me comento mi padre, lo de los hilos rojos y la gente muerta que yo solo puedo ver, también le dejo caer que a el si lo veía antes pero que a raíz del accidente, parece que una parte de mi mente bloqueada, ya no se halla así, el pone cara de angustia cuando le recuerdo el accidente, creo que en el fondo se culpa de ello. Cuando llego al final de la explicación el se queda mudo, no sabe que decir exactamente, retuerce sus manos en su regazo, si estuviera vivo, estaría mas blanco aún, sudado y con nauseas, lo que no entiendo es porque no se acuerda de nada, mi padre no me comento nada sobre espíritus con perdidas de memoria, a lo mejor se debe a como a muerto, las causas o las formas.
-¿Que es lo primero que recuerdas?
-La puerta de una casa -mira sus manos y frunce el ceño.
-¿Y que haces aquí? -detiene sus manos.
-Cuando el coche te atropello y vino la ambulancia, fui en ella contigo, al llegar aquí y confirmar que estabas bien, intente que alguien me viera, debí haberlo notado antes, las personas normales no atraviesan paredes -acaba la frase con media sonrisa sarcástica.
-Tampoco ven hilos rojos ni almas con recados pendientes -se ríe y me mira directamente a los ojos.
-Dudo que hayas sido alguien normal en lo que llevas de vida, vi tu historial médico, eres una especie de cerebrito o como mínimo mucho mas inteligente que yo.
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Y por última vez, te quiero
Genç Kurgu¿Que harías si te despertaras sabiendo cosas que nadie mas sabría? Pamela es una chica mas inteligente que el resto de los de su edad, tiene un coeficiente intelectual muy elevado, lo que hace que la gente la mire raro en ocasiones, a la que pocas...