El Proyecto Glee [Concurso]

Gleestory 20: I say a little prayer

Esta es la vigéisma Gleestory, que desarrolla la canción número 28, "I say a little prayer", original de Aretha Franklin y cantada por Quinn, Santana y Brittany en Glee.

Aquí os adjunto la historia escrita por @ReaderCompulsiva inspirada en esta canción.

* * *

Emma Lewis y su madre se sientan frente al director Wilde en su oficina.

-Emma, ¿crees que podrías explicarnos a dónde vas cada vez que te saltas clases? -Pregunta el gordo hombre tras el escritorio. La pequeña de nueve años niega con la cabeza y el director suelta un suspiro-. ¿Puedo saber por qué insistes en no decirnos a mí y a tus padres? -Emma repite su anterior movimiento. Era una de las tantas conversaciones del mismo tipo que había tenido en el último mes.

Desde que la noticia del cáncer terminal de Richard Lewis llegó a oídos de su nieta más joven.

Luego de unos cuantos intentos inútiles más, el director las deja ir. En el momento en que la puerta se cierra detrás de ellas, Sarah se pone de rodillas frente a su hija y le susurra:

-¿Por qué lo haces, Emma? ¿A dónde vas? -La desesperación en los ojos de su madre se vuelve demasiado para Emma y se muerde el labio inferior antes de contestar.

-¿Puedes guardar un secreto? -Sarah asiente efusivamente y mira con ojos atentos a la pequeña-. Te enseñaré -dice. Toma la mano de su madre para ayudarla a levantarse y comienza a caminar.

Sarah prácticamente corre detrás de la niña, dejándose guiar por pasillos, áreas comunes y patios de juegos en el camino. Los pasos de Emma son seguros cuando toma una curva, desviándose del camino de grava y deteniéndose frente a una pequeña construcción de madera con una cruz en el techo. La capilla de la escuela.

-¿Es aquí? -Pregunta la mujer, frunciendo el ceño. Emma asiente y abre la puerta para que ambas puedan entrar.

-Me gusta venir a rezar en la mañana, porque después de la hora del almuerzo ya no está vacía -explica.

-¿Rezar? Jamás te he enseñado...-La pequeña la interrumpe:

-El abuelo lo hizo -aclara-. Aprendí una pequeña oración con él -Sarah se descompone. Ahora lo comprende todo.

-Vienes a rezar por él -susurra para sí misma, pero Emma la oye y asiente tímidamente con la cabeza, bajando la mirada. La señora Lewis no puede soportar la situación un segundo más y se lanza a abrazar a su hija, hecha un mar de lágrimas.

-Escúchame cariño, te traeré aquí o cualquier iglesia a la quieras ir a rezar siempre que me lo pidas -promete la mujer-. Pero por favor, no salgas de clases, ¿está bien? -Ruega, sosteniendo el rostro de la niña en sus manos. Ella asiente.

-Está bien -se encoge de hombros-. ¿Guardarás mi secreto? -Pregunta.

-Tienes mi palabra -asegura Sarah, besando la frente de su hija-. ¿Crees que podrías enseñarme esa pequeña oración de la que hablas? -La niña sonríe.

-Claro.

Y así, madre e hija se tomaron las manos y volvieron a su hogar, a rezar una pequeña oración para el abuelo Richard.