Tu juego chueco 1/3

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¡Vaya! Parece que te crucificaron.- habló, de nuevo, con esa voz tan cínica, hipócrita, superficial, odiosa.

-Ya Ana- dijo Michael.- callate.

Diablos, la puerta se había cerrado, toqué el timbre relajada, suspirando hondo.

-Aprovechemos estos momentos ¿Por qué no se sientan?- dijo ella sentándose en la banca del porche.

De frente a la puerta y fingiendo no importarme lo que ella decía.

-¿No te enteraste de la nueva?- preguntó ella-Michael por fin me dijo el nombre de su novia, que por cierto tú tampoco querías decirme.

Disimulando miré a Michael, el también lo hizo, no pude soportar su mirada y la devolví hacia la puerta.

-Fernanda¿No es así?- le preguntó a él.- ¿Qué te costaba decírmelo Valentina?

Volví a tocar el timbre.

-Tranquila, no hay prisa.- rió bajo- tenemos todo el día, al menos yo lo tengo.

-No quisiera perderlo contigo.- dije entre dientes.

-¿Perderlo o arruinarlo Valu? Por que vamos, seamos realistas. Tú día ya está más que arruinado. Tú madre te grita frente a tu ex, te golpea junto a él, salen, se abrazan se besan, lloras en su hombro, lo deseas- se miraba las uñas.

-Callate.- murmuré

Volví a tocar el tiembre, ahora junto con algunos golpes a la puerta.

-¡No huyas Valentina! ¿Qué te molesta, la verdad?

No contesté, apretaba la mandíbula y la miraba ahora directo a los ojos.

-¿Puedo continuar?- sonrió cínica.- después de qué tu noviesito se fue, tu día se arruina aún mucho más por que vez a la persona que menos quieres en él mundo, junto con tú hermanito y te drestrozas al saber que no puedes cumplir tú mayor anhelo, destruirme.- volvió a reír- después de ello subes corriendo al llamado de tú padre en la habitación de tú madre, no estoy muy segura de que sucedió en ese momento, saliste corriendo, llegaste con algunas medicinas en las manos, y ahora estoy segura de que le sucede a tu madre, minutos después sales hacía tu pasillo y te echas a llorar, caminas en círculos hasta que tu padre sale, te das cuenta de tu posible auto lesión y bajas, bajas aquí y piensas que hubiese sido mejor no bajar, no nacer ¿Sabes cómo sé eso? Cortinas demasiado transparentes, querida.

No contesté.

- Quién querrá una vida como la tuya, por dios. Nadie está contigo, nadie te quiere, nadie te apoya, nadie te es sincero.- se calló al fin.

Me quedé mirando la madera del porche, tenía que deternla.

- ¿Sabes? Las verdades duelen- traté de sonreir, en cada parpadeo tenia la vista más nublada, no quería llorar, no quería hacerlo, no frente a ellos.- Quizá tengo la vida que nadie quisiera tener, nadie me apoya, nadie me es sincero.- miré a Michael.- todo mundo me traiciona sí, es verdad.- hice una pausa, les di la espalda un momento para limpiar mis mejillas.- Mis padres me enseñaron que debo tener valores, pero ahora los valores, el respeto y todo aquello vale mierda en este momento. Si quieres jugar lo haré como tu lo haces, de una manera estúpida, ignorante e inmadura por que así es como sabes hacerlo, sabes jugar chueco diciendo todo lo que te viene a favor, pero nunca has pensado en lo que no te viene a favor ¿verdad?

No contestó.

-Lo suponía- sonreí- pero no te preocupes ahora mismo lo sacaremos a luz.- alcé la frente, tenía que sentirme segura.

-Mas te vale que no hables, imbécil.

-Valentinaa, para- habló Michael.

-¿Qué? ¿Y yo por qué si tengo que hacerlo?- lo miré ocultando la decepción, tristeza y fingiendo ser fuerte.- ¿Por qué cuando ella habló, no le pediste que parara?

No contestó.

-Nadie te invitó a nuestra conversación, puedes largarte ahora mismo.- dijo ella.

-Dijiste que podíamos hablar, ahora quiero hacerlo. - sonreí en falso- Pero no te preocupes, no diré que eres adoptada tampoco que tú madre era una cocinera en un lugar en el que no le pagaban lo suficiente que tubo que darte en adopción con la familia del jefe de tu padre la cuál es de dinero, que por eso eres tan consentida e inmadura, te crees de la alta sociedad sin saber la verdad, tú verdad ¿Qué cómo sé eso? No traiciones a tus amigas porque ellas también lo harán.

-Maldita imbécil- se acercaba a mi.

-¿Quien querrá una vida como la tuya Anita?- decía sarcástica- todos ¿no? Bueno, a excepción de que tienes que limosnar el amor de Michael viniendo a rogarle hasta la puerta de su casa, suplicando su número de teléfono. Sin mencionar que les pagas a las chicas de tus institutos para que sean tus amigas comodín, que te acuestas con al menos tres chicos cada que asistes a una fiesta a la que no fuiste invitada, sobornas a los maestros con el dinero que le robas a tu padre.

-¡Callate o te callo!- gritó.

-No, apenas comienzo, sientate.- reí bajo- Engañaste a Michael con Jorge, ¿no es así?- la miré con el ceño fruncido- Te acostaste con él y corrió el rumor de que esperabas un bebé de el pobre e ingenuo Mike, hasta que confesaste la verdad, que por cierto, primera vez en la vida confiesas algo verdadero. ¿Qué cómo sé eso? - carcajeé- no dejes de pagarles a tus amigas comodín. ¿Prosigo? Por que vaya que aún falta muchísimo, descartamos problemas familiares Ana, pero no importa iré a mirar sí tus cortinas son transparentes.

-Maldita zorra, largate, ahora.

-¿Largarme? ¿Yo? Perdón pero creo que estas equivocada de casa, por que esta es la mía.- sonreí- y que quede claro que yo quise decir todas esas verdades, simplemente tú lo quisiste así. A ver cuando comienzas a madurar y empiezas a pelear de una manera inteligente. Aunque dudo que puedas hacerlo.

-Me las pagarás.- bufó y le tomó la mano a Michael- ¿Vamos a algún otro lado?

No contestó, me llamaba mucho la atención la manera en la que se comportaba, como se dejaba besar, tocar y demás.

Escuché que abrieron la puerta.

-Perdon sí no abrí antes, pero me encontraba arriba escuchando su plática- salió al porche James- Ana, supe que eras tú desde "Vaya, parece que te crucificaron"- ella estaba por saludarlo, él no la dejo.- ¿Quién te crees tú para venir a esta casa y ofenderla de ese modo?

-Señor, creo que usted escuchó mal.

-No, tal vez tú escuchaste mal la pregunta, ahora contestame.

-Nunca la ofendí, y si me disculpa iré a algún otro lado con Michael

-Según yo, ustedes terminaron hace mucho.

-Pero hemos regresado.

-¡Hey, hey, hey!- intervine hablando fuerte- Michael tiene a Fernanda, no quisieras que le dijera, ¿verdad?

-Has lo que quieras niñita, no me das miedo.

-Michael, adentro- ordenó James.

-¿Qué? ¡No! No hemos podido hablar señor, su hija se la pasó atacandome- habló Ana

-Michael, adentro- repitió.

Caminó hacía la puerta y entró sin decirle nada.

-No quiero volver a verte aquí ¿Okey?- advirtió James- y no pienses en tus amenazas de decirles a tus padres, por que tu padre adoptivo trabaja para mi. Y con una sola orden hago que lo corran.

-¿Qué?

-Ahora vete, y deja a mi hijo en paz.

-Me iré señor Ronda, pero volveré.

-Hazlo.

Bajó las escaleras del porche de espaldas, mirando a James.

-¿En serio trabaja para ti?- le pregunté.

-Ingenua, nunca habla con sus padres, es obvio que no.- sonrió.

-Reí- Te amo.

-Besó mi frente- ahora adentro, que le irá mal a Michael.- señaló con la mirada.

1.Mi Hermanastro-Michaentina (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora