Hotel Zenere 1/5

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Aclaramos algunas cosas, primero que nada no le diremos nada a mi madre, eso lo decidí yo, ya que como van las cosas, no sería una noticia muy agradable para ella.
No quería que él me llamara hija, ni yo lo llamaría padre.
No conviviríamos mucho como padre e hija, sólo en algunas muy pocas excepciones.
Él quería conocer a Michael, yo acepté.
Tampoco quería que hablara de mí con demás gente.
Él aceptó sólo por compromiso, en realidad pudo notarse a kilómetros que no le agradó nada de lo que yo le puse como condición.

Jorge era un hombre sumamente serio, y un poco carismático cuando no es el momento. No lo recordaba así, creo que en realidad sí cambió. A menos de que lo hayan cambiado.

Se ofreció a llevarme a una habitación de su hotel para que descansara, ya que le había dicho que no quería volver a casa tan pronto, las cosas ahí deben estar de infierno. Aunque yo sé que Michael es aún más fuerte que yo, y no saldrá corriendo de ahí. Deseaba que estuviera conmigo en ese momento, en realidad nunca quise que no lo estuviera.

No acepté cuando él lo propuso, una cosa es que le haya dicho que intentaré perdonarlo y olvidar mis traumas que pensaba tener de por vida, y otra muy diferente que acepte ir con él a lugares que no sé donde se encuentran.

—No voy a secuestrarte, no le pediré un rescate a tu madre, no voy a robarte ni a vender tus órganos y llenarte de droga. Sólo te llevaré al hotel donde hay huéspedes y que está en el centro de la cuidad. Sería incapaz de hacerte algo Valentina, soy tu padre.

Sí qué este hombre a visto varias películas de sicarios, he de admitir que es gracioso. Pero ese no era el momento, estaba pasando por algo en verdad feo.

No le costó demasiado convencerme, ya que su discurso pudo hacerlo.
Subimos a su coche, el coche que miré la vez pasada estacionado detrás de casa. En los asientos que se encontraban en la parte de atrás, había un portafolio gris y unos cuantos trajes que parecían recién salidos de la tintorería. Parecía un hombre de negocios, aunque su manera de vestir me gustaba, y no eran especialmente de traje.

Lo único que llegó a mi cuando bajé del coche y miré aquel lugar fue "Rayos, no podría comprar eso en toda mi miserable vida"

—¿Puedo hacerte una pregunta?— le dije, él asintió. — ¿En qué trabajas?— miré el gran hotel. Bueno, no exageremos, no creo que sea un hotel como los que hay en las Vegas o lugares así, pero era un gran hotel.

—Terminé la carrera de gastronomía Valentina, era lo único que me quedaba.— caminamos hacia la entrada.

—¿Chef? ¿Ser cocinero deja tanto?

—No tanto como crees.— me sonrió.

—¿La descarto de mi lista, entonces?— le pregunté.

—Depende de cuales sean las que restan.

Entramos al hotel cuyo nombre era "Hotel Zeneree" no cabe duda que a la hora de la hora, el ponerle nombre a un hotel, se te van las ideas de la cabeza. O eso es lo que creo le pasó, no es un nombre muy original que digamos.

La recepcionista y empleados lo trataban con mucho respeto, no entendía porque lo hacían, si no supiera que él es mi padre biológico, imaginaría que es un vagabundo.

Pidió que me acompañaran a una habitación, él me pidió que descansara y que si necesitaba algo que él pudiera ofrecerme, lo llamara.
La habitación a la que los amados empleados que fueron sumamente extraños conmigo me enviaron, era una habitación grande y con un toque lujoso.

Necesitaba algo con lo que urgentemente pudiera comunicarme con Michael, pero sabía que mi madre le había hecho lo mismo a su celular.
Y es que era muy injusta, porque no tiene el derecho de hacerlo, no con él, no era su hijo. Excepto sí él idiota de James deja que lo haga. Y digo idiota porque sólo alguien así deja que alguien que no sea tu esposa pueda ordenarle a gritos a tu hijo. Oh, demonios es su esposa.

1.Mi Hermanastro-Michaentina (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora