Aquí, ahora, contigo (Klaine) PAUSADA POR "ADIAD"

14. ¿Cuánto crees que vales?

Capítulo 14: ¿Cuánto crees que vales?

Jueves 20 de Noviembre

Cooper estaba repasando con la mirada su apartamento esperando que no se le olvidara nada. Le llevaría algunas cosas a su hermano ahora que había vuelto del trabajo. Llevaba muchos días sin hablar con él y no sabía cómo le iba con Hummel. Si hubiera estado en el lugar de su hermano ya le habría arrancado la cabeza o lo habría amordazado, ese chico era insoportable pero sabía que su hermano tenía mucha más paciencia que él.

Lo que realmente le había preocupado era la última conversación que tuvo con Blaine. Le había confesado que le gustaba Hummel, y aunque su hermano se lo prometió, no podía evitar pensar que sería un gran error que Blaine no controlara sus impulsos. Si eso ocurría, todo su plan se iría al traste.

Realmente sabía que no iba a ver a su hermano para llevarle cosas, iba para controlarle y para poder hablar de una vez por todas como llevarían a cabo el rescate. Todavía no habían pensado cuánto iban a pedir ni cuándo harían esa llamada anónima.

Habían secuestrado a Kurt Hummel sin tener un plan. Simplemente se lo llevaron sin haber pensado antes que harían con él una vez que lo tuvieran a buen recaudo. No se preocuparon demasiado por dejar cabos sueltos, ni por si alguien pudo haberlos visto. Desde el minuto uno, ese plan fue un error garrafal.

Cooper estaba la mayoría del tiempo intranquilo, con miedo a que alguien los hubiera reconocido. Quería terminar de una vez por todas con este asunto del secuestro,en ningun momento pensaron en las consecuencias si llegaban a coger a alguno de los dos. Desde luego, robar bancos se les daba mucho mejor, lo estudiaban con calma y no les daba dolores de cabeza al terminar.

Cuando estuvo seguro que no se dejaba nada, metió las bolsas en el maletero y arrancó el coche rumbo a la casita del bosque. Era media tarde, y por lo que había visto, a esas horas no solía haber gente por el camino de tierra que conducía a la casa. Le pareció extraño que Blaine no saliera a recibirlo al escuchar el coche, cogió las cosas del maletero y entró en la casa.

Soltó de golpe lo que llevaba en sus manos al recorrer con la mirada el salón. Algunos libros de las estanterías estaban tirado en el suelo, los sofás movidos de sitio, la guitarra de su hermano estaba en el suelo, sin funda, y eso no era propio de Blaine. En la cocina había varios platos rotos esparcidos por el suelo seguido de un reguero de ropa que conducía hasta las escaleras.

Si no fuera porque era imposible, parecía que hubieran entrado a robar en esa casa.

-¿Blaine?- Alzó un poco la voz esperando que asomara la cabeza por alguna parte, pero no obtuvo respuesta -¿Estás arriba?

El silencio lo desconcertó por un momento y empezó a asustarse ¿Y si realmente habían entrado a robar y los habían matado? No, eso no era posible... ¿Y si Hummel había intentado escapar y había dejado inconsciente a su hermano? No, Blaine es mucho más fuerte que ese chico...

Subió las escaleras lentamente, intentando hacer el menor ruido posible por si había alguien, al menos no lo tomaría desprevenido. En la planta superior también había silencio, el baño y una de las habitaciones estaban abiertos, lo que significa que si había alguien, estaría en el cuarto dónde se suponía que dormía Hummel.

-¿Blaine?- Dio un par de golpecitos con los nudillos en la madera.

Al no recibir señales de vida, abrió la puerta lentamente, pero no estaba preparado para lo que vieron sus ojos. Pasó de la sorpresa, seguido de confusión y finalmente a decepción y enfado. Blaine estaba completamente desnudo, boca arriba, con la cabeza de Hummel, que también estaba desnudo, descansando en su pecho mientras lo abrazaba por la cintura.