4. Sorpresa

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Capítulo 4: Sorpresa

Sábado 1 de noviembre

Blaine se removió en el sofá y abrió los ojos por la claridad que entraba por la ventana y lo estaba cegando, a los pocos segundos su estómago rugió de hambre. Se incorporó lentamente y se acercó a la ventana, ya no llovía, pero estaba todo mojado, se habían formado charcos de agua en el suelto terroso y las hojas de los árboles goteaban. Sería un día todavía más frío. Se fue hasta la cocina y se comió un par de tostadas antes de irse a la ducha.

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Rachel despertó a la mañana siguiente con un poco de dolor de cabeza. Salir tan a menudo no era bueno, por no hablar de todas las copas que se había tomado. Definitivamente Santana y Kurt no eran una buena influencia.

Miró hacia el lado de la cama vacío donde debería estar su novio. Odiaba que Finn siempre se despertara antes que ella, nunca tenía la oportunidad de acurrucarse a su lado y remolonearse durante cinco minutos abrazada a él antes de levantarse.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el aroma a café que acababa de invadir en esa habitación, se desperezó y se sentó en el borde de la cama para colocarse sus blancas y peluditas zapatillas en forma de conejito. A continuación se recogió el cabello con una pinza y se puso en pie para abandonar su cuarto y disfrutar de ese fantástico desayuno que le esperaba en el salón.

-¡Buenos días!- Finn la recibió con una gran sonrisa. Ese chico siempre despertaba con buen humor y energía.

-Buenos días- respondió con amargura mientras se sentaba en una silla mirando fijamente la mesa. En ese momento Finn le puso un gran tazón de café con leche frente sus ojos. -¡Oh! Gracias cariño- su cara cambió automáticamente. -¿Qué estás preparando?

-Tortitas con fresas- dijo encaminándose nuevamente a hacia la cocina. -Cuando sales a desayunar con Kurt siempre pedís lo mismo, y ya que hoy viene a desayunar a casa me he aventurado a prepararlas yo.

-Eres un cielo ¿Lo sabías?- le sonrió con cariño -Por cierto, ¿Qué hora es? ¿No debería estar ya aquí?

-No creo que tarde mucho- Finn dejó los platos repletos de tortitas, un bol lleno de fresas recién troceadas y a continuación se sentó al lado de Rachel. -Estoy deseando escuchar su nueva aventura- dijo mirando de reojo a su novia y sonriendo al ver que se formaba una mueca de disgusto en se cara -¿A qué hora llegaste?

-¿Crees de verdad que me acuerdo?- contestó un poco severa -Llegué enfadada, Finn. Ayer fui a la peluquería- dijo señalando su pelo -¿Y para qué? ¡Se puso a diluviar poco antes de que nos fuéramos! Y para acabar de rematar la noche, Kurt desapareció a saber con quién- dijo agitando las manos -Por no hablar que tuve que acompañar yo solita a Santana y a Britt, que obviamente estaban borrachas, a su casa...

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Kurt amaneció con dolor de cabeza y miró a su alrededor, ¿Dónde estaba? No había bebido tanto como para irse a casa de un desconocido y no recordarlo. Definitivamente no recordaba haber llegado ahí. De repente escucho como corría el agua de una ducha en la habitación contigua, ¿Quién sería? Intentó levantarse para ir a investigar pero no pudo y fue cuando se percató de que estaba esposado a la cama.

El pánico lo invadió al momento, lo último que recordaba era estar en la fiesta, y salir a tomar el aire para despejarse de aquel mojito tan cargado, lo demás estaba en blanco. ¿Era una cámara oculta? ¿Una broma de sus amigos? ¿Algún capullo intentando hacerse el gracioso? Por qué esto no tenía gracia, ninguna. Intentó hacer fuerza con el brazo para intentar soltarse pero lo único que logró fue que se le enrojeciera la piel a causa del roce con el metal de las esposas. Entonces escuchó unos golpecitos y la puerta se abrió despacio.

Aquí, ahora, contigo (Klaine) PAUSADA POR "ADIAD"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora