Sinopsis

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Uno, solté un quejido.

Dos, le ruego que pare.

Tres, me grita que me calle junto con una patada.

Cuatro, ruego que los niños estén dormidos.

Cinco, siento como cae la sangre por mi barbilla.

Seis, directo a mi ojo.

Siete, siento como todavía caen mis lágrimas por mi rostro.

Ocho, muerdo mis labios con fuerza para no gritar.

Nueve, empieza a insultarme otra vez.

Diez, la cabeza empieza a marearme.

Once, me levanta y me sacude gritando.

Doce, siento como mí cuerpo se hizo más pesado.

Trece, un último golpe y me deja caer al piso.

Trece golpes, siempre son trece.

Ni más ni menos.

Me acomodo en posición fetal, sintiendo todo mi cuerpo doler.

Respiro pesadamente, los pulmones me arden, trago saliva y veo como sale de la habitación furioso sin decir una palabra.

Esta vez no he sabido el por qué de los golpes.

Lamo mis labios, a veces solo me golpeaba por hacerlo sin alguna razón.

Me muevo soltando un quejido.

Tendrían que limpiar las heridas si no quería que las viera Taylor y Lizy.

Logro levantarme con mucha dificultad y camino lentamente al baño, agarrándome del lava manos para no caer, la cabeza me da vueltas.

Alzó la mirada encontrándome con mi reflejo y ahogo un sollozo.

Muerdo mi labio mientras tomaba el botiquín de primeros auxilios con dificultad.

Y empiezo mi rutina de curarme.

Aun no entendía el por qué de los golpes de Liam, o el porque yo lo seguía amando y seguía a su lado.

Lo único que pude pensar fue "Eres patético Zayn".

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