ENTRADA 8

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Lucy Thorne murió. Recuperé la llave que me quitó, pero aún no he encontrado el Sudario.

Gracias a la información de los catálogos de Henry, encontramos una imagen de la llave y del ataúd que se supone que abre. La caja se encontraba en posesión de la familia real en la Torre de Londres.

Partí hacia la torre yo sola. Tengo la sensación de que, si se lo hubiera pedido, el señor Green me habría acompañado, pero sentí que sería mejor llevar a cabo esta tarea por mi cuenta.

La señorita Thorne ya estaba ahí cuando llegué. Los templarios se habían infiltrado entre la guardia de la torre, por lo que me costó abrirme paso hasta el interior de la capilla de St. John, donde la señorita Thorne seguía con su búsqueda. No había encontrado el ataúd aún, pero esperaba encontrarlo ahí, oculto en una cripta secreta. Peleamos, pero esta vez no bajé la guardia.

La señorita Thorne no reveló gran cosa antes de morir. Eso sí, me llevé una reprimenda por, según ella, no ser consciente del verdadero alcance del poder del Sudario. Aunque lo dijo con la intención de importunarme, es cierto que tengo muy poca información al respecto. Espero saber más cuando tenga el Sudario en mis manos.

En cualquier caso, el ataúd no estaba en la capilla. Debieron de retirarlo en algún momento a lo largo del último siglo, aunque no sé cuándo, ni adónde lo llevaron. Debemos averiguarlo antes que los templarios.

He inspeccionado una y otra vez el cuaderno que hemos encontrado en el astillero, junto con la historia de los Asesinos de Edward Kenway, pero los pasadizos no aportaron ninguna información relevante. Henry y yo nos encontramos en un punto muerto.

Debemos dar por sentado que los templarios han avanzado tanto como nosotros.

Acaba de llegar Henry con novedades. Parece muy emocionado. Después termino esto.

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El Diario de Evie FryeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora