—¡Oye! —me levanté mareada por recién despertar y me enfoqué en el puño de Peter impactándose en el rostro de Ryan, logrando que Lisa se separara de su hermano y se apoyara en el marco de la puerta.
Ryan no perdió el tiempo y aprovechó la distracción que había causado en el castaño para impactar su puño en el estómago de él. Vi como perdía el equilibrio, para después caer de espaldas y comenzara a recibir patadas reiteradas en el pecho. Me asusté de a qué nivel se estaban poniendo las cosas, así que me interpuse entre ellos dándole la espalda a Peter y enfrentando a Ryan, mirándolo con odio. Se detuvo al instante en que me vio y me agaché para ayudar a Peter a levantarse. Sentí todo su peso apoyado en mí y logré que dejara su brazo en mis hombros.
Ryan tenía sus nudillos con sangre, pero no era suya. Fijé mi vista en Peter, en cuyo rostro había un rastro carmesí que cruzaba desde su nariz hasta su barbilla. Noté que estaba respirando con irregularidad y su mano estaba agarrando fuertemente su torso. Temí que se hubiera hecho algún daño interno.
—¡Te lo advertí! ¿¡Es que no entiendes!? —gritó Ryan con furia.
Miré a Peter y este hizo una mueca divertida mientras trataba de respirar bien. Lo reacomodé lo más cuidadosamente que pude, pero de cualquier modo Peter gruñó casi retorciéndose.
—¿Qué pasó? —mis ojos se conectaron con los suyos, pero di la vuelta para encarar a Ryan—. ¡¿Qué mierda te pasa, Ryan?! —chillé fuera de mí.
—Cuando un puto mujeriego de mierda como este está haciéndole cariño a tu chica... ¿Tengo que reír y aplaudir? —gruñó.
—El que puede, puede, él que no, aplaude —dijo Peter entre dientes.
Miré a Peter con el ceño fruncido y con una mueca de «¿es en serio?».
—¡Solo dormía, no es como si me hubiera besado con él!
—No tendrías que haber hecho nada, Ryan —lo regañé—. Deberías tenerme más confianza —gruñí—. Si me disculpas... tengo a un puto mujeriego de mierda que llevar a un hospital —sonreí con ironía y miré a Lisa.
La sacudí, porque estaba ida, mirando a su hermano con una expresión de incredulidad.
—Ayúdame a bajar a Peter al auto, ¿sí? —le susurré.
Asintió levemente con la cabeza y cuando puso el brazo de Peter en sus hombros comenzamos a bajar con cuidado escalón por escalón. Nos topamos con Félix, el cual subía las escaleras con el rostro preocupado. Debía de sospechar lo que ocurrió, pero prefirió ahorrarse las preguntas y colocar a Peter en su espalda para poder cargarlo más rápido hasta abajo.
—¿Dónde está mi mamá? —la busqué.
—Se fue hace un rato al hospital —llegó a la primera planta y le abrí la puerta sin demora.
—¿Tienes tu auto aquí? —pregunté y él asintió sin mirarme—. Vamos al hospital, ahora.
Lisa se había puesto a mi lado y noté que su playera tenía gotas de sangre. Miré la mía, y noté que no era muy diferente de como ella estaba. Cuando vi que Félix acomodaba a Peter en el asiento trasero de su auto, corrí escaleras arriba para conseguir mi celular y las llaves. Tenía que avisarle a mamá para que estuviera esperándonos en emergencias sin demora, pero le tendría que mandar un mensaje en el auto, ya que aún no me sentía suficientemente calmada.
Cuando llegué a mi habitación y vi que Ryan aún estaba sentado en mi cama, me negué a prestarle más atención de la necesaria y agarré el celular junto con las llaves. Iba a salir cuando escuché mi nombre, siendo susurrado por Ryan.
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Déjame con mi Orgullo [DISPONIBLE TAMBIÉN EN FÍSICO]
Teen Fiction// PUBLICADA EN FÍSICO POR NOVA CASA EDITORIAL // Idiota. Cree que teniendo perfectos músculos, unos ojos miel envidiables, una altura que te hace quebrarte el cuello cuando lo quieres mirar a los ojos, cabello rizado, perfecta piel besa..., esperen...