Abrí la puerta de entrada con un bostezo. La verdad era, que descubrí exactamente lo que sentía cuando vi a Peter y la rubia tomados de la mano. Uno pensaría que me terminé enojando con ese idiota, pero la verdad es que lo tomé de forma relajada y no pensé por cómo esa cosa tomó la mano de la pobre chica. La verdad, es que no valía la pena gastar mi tiempo en una tontería como un posible reencuentro de un amorío, del cual no estaba enterada, y que me lo restregara por la cara como si casi la abrazara a mis espaldas.
Hambre.
Sí, solo sentí hambre cuando los vi.
Avancé hacia la cocina lentamente y saqué algunas cosas que teníamos en el refrigerador. Me preparé un emparedado bastante simple, ya que lo que encontré solo fue mantequilla y me senté en la isla de la cocina para comenzar a comerlo.
—Hola —una voz dulce llegó a mis espaldas, pero eso no detuvo que tirara el pan hacia la ventana y este quedara pegado—. Lo siento, no era mi intención asustarte —la rubia de ojos café llegó a mi lado y sonrió.
—¿Quién eres? —pregunté sin más.
—Soy April —me sonrió y puso un mechón de cabello tras su oreja—. Amiga de Alex.
—¿Desde cuándo Alex tiene amigas? —le solté y se sonrojó—. Tú no me engañas... Tú sales con mi hermano.
—Algo así —juro que en este momento la pobre estaba ardiendo de la vergüenza—. Pero... por lo que tengo entendido... Tú y Peter son lo mismo que nosotros.
—¿Y a ti quién te dijo eso? —pregunté luego de un silencio.
—Todos lo dicen —se encogió de hombros.
—Pero no es verdad... una rubia lo fue a buscar hoy, creo que era su novia —mi tono de celos no podía ser más evidente. Bien, Ann.
Se rio y negó. —¿Quieres algo? —sonrió con amabilidad—. Voy a comprar bocadillos.
Negué y April sonrió. Mi móvil comenzó a vibrar, así que me despedí de April y ella me sonrió aún más.
—Te dejaré sola —dijo—. Nos vemos luego.
Llamada entrante: Desconocido.
—¿Hola?
—Hola, bebé —dijo Zack desde el otro lado de la línea.
—¿Qué quieres? Y... ¿cómo conseguiste mi número? —pausé—, y no me llames bebé. Nunca más en tu vida.
—Tengo contactos —rio—. Así que... ¿A qué hora paso por ti?
—Si no me dices quién te dio mi número, no saldré.
—Un nerd que se sienta contigo en Biología... No recuerdo su nombre... ¿Rasper? ¿Rasputer? ¿Juan? ¿José? No lo...
—¿Jasper?
—Ese mismo —dijo alegre—. Paso por ti a las ocho, nos vemos... Bebé.
—¿Qué te hace pensar que...? —pero me colgó y me dejó hablando sola.
Vi la hora y eran las seis de la tarde. Una siesta no le hace mal a nadie... Fui al sofá y puse la alarma para despertarme 19:30... También puse una a las 19:50 y por alguna cosa... 19:55.
¿Lección de esto?
Amo la canción Bad Romance de Lady Gaga, pero tenerla de tono de alarma me hace odiarla un tantito.
Subí las escaleras lentamente y golpeé la puerta de Alex.
Me abrió semidesnudo y me alzó una ceja.
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Déjame con mi Orgullo [DISPONIBLE TAMBIÉN EN FÍSICO]
Teen Fiction// PUBLICADA EN FÍSICO POR NOVA CASA EDITORIAL // Idiota. Cree que teniendo perfectos músculos, unos ojos miel envidiables, una altura que te hace quebrarte el cuello cuando lo quieres mirar a los ojos, cabello rizado, perfecta piel besa..., esperen...