Las semanas pasaron, y hoy era el día en que Peter haría de niñero a sus vecinos.
Desperté con el brazo de Peter en mi cintura y un poco de baba en la almohada. Miré hacia la ventana y noté como el cielo estaba gris y también algunas gotitas que caían en el vidrio. Miré por encima de mi hombro y noté que a Peter aún le quedaban unas buenas horas de sueño. Todas sus ondas salvajes caían en su frente y sus pestañas se veían larguísimas.
Creo que me estoy convirtiendo en una acosadora, llevo más de cinco minutos mirándolo.
Traté de levantar mi cuerpo con toda la lentitud posible para no despertar al Bello Durmiente y caminé hacia donde mi celular estaba conectado. Recordé que no tenía saldo así que caminé de puntitas hacia la mesita de noche en donde el de Peter se encontraba.
Peter: Ann dice que te diga que usamos condón... y que te quiere.
Mandé a Alex el mensaje. Bueno, quería molestar un poco a mi hermano, no creo que haya problemas con eso...
Traté de poner el número de mamá y le mandé un mensaje diciendo que me llamara. La verdad, no creo que Alex le haya dicho que me quedaría en la casa-mansión-castillo de Peter a cuidar niños, así que mejor le avisaría yo misma para que no hubiera confusiones.
Peter se movió y tapó su rostro con su brazo. Su otra mano comenzó a palmear el colchón, probablemente buscándome, y luego se comenzó a mover más rápido. Sacó su rostro de abajo de su brazo y miró a todas partes. Cuando me encontró suspiró y me miró adormilado.
—¿Qué hora es? —dijo, tratando de ver el reloj en la pared.
—Como las 6:00 de la mañana —bostecé y me senté en mis rodillas en su cama.
—¿Y qué haces despierta tan temprano, mujer? —pasó su mano por su rostro, riéndose.
La verdad, ni yo sé porqué me había despertado tan temprano. Probablemente era la sensación en el estómago de nervios por cuidara esos pequeños. Siento que deben ser unas ternuras, espero no equivocarme.
—Juro que te besaría —comencé a decir, apretando sus mejillas, haciendo que le quedara una boca de pato—, porque te ves muy muy lindo —rio—, pero sé que tu aliento apesta.
Al rato después —tal vez unas horas, nos quedamos conversando de cualquier cosa que se pasara por nuestras mentes—, me levanté y fui al baño a lavarme los dientes sin pasta. La verdad, sí, yo también tenía mal aliento, pero iba a desayunar porque mi estómago me lo pedía a gritos y sería bastante asqueroso no poder saborear mi té de cada mañana. Me lavé el rostro para despertar, incluso tuve que darme unas pequeñas bofetadas.
Al rato, me di una pequeña ducha. La verdad, aún con la sensación en el estómago por conocer a los niños. Nunca he sido niñera, solo he cuidado a mis primos más pequeños y créanme que no resultó de lo mejor. Me vestí lo más simple posible, una camiseta gris y unos pantalones negros. Y, claro, mis infaltable y cómodas Converse.
Trataba de cepillar mi cabello, pero un mal olor llegó a mis narices. Bajé las escaleras, entrando luego a la cocina.
—¿Peter?
Estaba con un delantal de cocina y una sartén en sus manos.
—Trataba de hacer panqueques... —tiró la sartén al lavaplatos y se cruzó de brazos frunciendo los labios, haciendo pucheritos. Me acerqué a él y le quité la harina que tenía en su nariz y en su mejilla.
—¿Y por qué no me llamaste? —sonreí con los labios apretados, la verdad se veía adorable.
La verdad, no tenía tanto apetito, así que pedí permiso a Peter para abrir el refrigerador y él me propuso que comiera yogurt con avena. Mientras yo comía, él había estado buscando miles de tutoriales en Internet de cómo hacer panqueques. No aceptó mi propuesta de que lo ayudara, según él porque heriría su orgullo de macho.
![](https://img.wattpad.com/cover/16997108-288-k41756.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Déjame con mi Orgullo [DISPONIBLE TAMBIÉN EN FÍSICO]
Teen Fiction// PUBLICADA EN FÍSICO POR NOVA CASA EDITORIAL // Idiota. Cree que teniendo perfectos músculos, unos ojos miel envidiables, una altura que te hace quebrarte el cuello cuando lo quieres mirar a los ojos, cabello rizado, perfecta piel besa..., esperen...