XXI. Lo inesperado para el final

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Ann

Desperté toda paz y amor y con corazoncitos revoloteando a mi alrededor.

Luego abrí los ojos y todo se volvió confuso (con un toque de olor a madera mojada) al ver que no me encontraba en mi habitación y estaba completamente desnuda. Después de mirar a todas partes como perro abandonado, un efecto muy retardado me hizo recordar lo que había pasado ayer en la noche y una risita idiota salió de mi boca. Los recuerdos pervertidos no tardaron en volver a mí, de manera muy nítida, y no tardé en sonrojarme como Heidi en los motes *insertar canción del agüelito*

Después de que el momento Heidi pasara, me di cuenta de que Peter no se encontraba en la cama. Tomé la sábana y me tapé un poco. Logré notar por el rabillo del ojo cómo algo caía de las sábanas y pude ver una nota casi cayéndose del colchón. Me agaché para tomarla y la examiné por ambos lados para luego leer lo que estaba escrito.

Fui a hablar con Meg, tú solo espérame -Peter.

La sonrisa que había puesto hace unos segundos mágicamente desapareció y se convirtió en una mueca de decepción. Miré a mi alrededor para después encontrarme con mi ropa doblada y ordenada sobre un pequeño mueble.

Claro, menos la de Peter.

Todavía estaba lloviendo, a pesar que en el despertador de Buzz Light Year aparecían las 5:34 am, y parecía que cada vez se hacía más fuerte. Sospecho que hubo truenos en la noche... Solo que estaba tan cansada que no los había oído.

Me habían entrado ganas de hacer pis, desde ayer que no había hecho y según Peter la sensación era normal y no me había dejado levantarme cuando estábamos para ir a hacer pis.

Quiero hacer pis.

Iba a sentarme pero un dolor tremendo llegó a mi zona. Hice un ruido bizarro con mi garganta y luego de un rato me obligué a levantarme. Me daba flojera ponerme la ropa, así que saqué la sábana con una furia total y la enrollé en mi cuerpo de la mejor forma que pude al estilo troyano. Unos mechones rebeldes cayeron en mi rostro y saqué un elástico que tenía en la muñeca para luego hacerme una coleta.

Comencé a bajar a las escaleras y pronto llegué hacia la puerta que, suponía, era el baño. Traté de abrirla pero me di cuenta que estaba con llave. Solté una maldición y golpeé mi frente contra la puerta reiteradas veces.

—¡Quiero hacer pis! —gruñí.

Me resigné luego de unos momentos y volví a subir para volverme un gran bulto de sábanas sobre la cama.

El cual tenía ojitos.

Me quedé observando el despertador con mirada de águila.

Bitácora de Ann:

Ni idea qué hora, espera de 34 segundos... No hay cambios.

Ni idea qué hora, espera de 52 segundos... No hay cambios.

Ni idea qué hora, espera de 120 segundos... No hay cambios.

Bitácora abandonada después de que Annabella Berries muriera de aburrimiento en el segundo número 121.

Mi estómago sonó y me dejé caer hacia atrás para rodar de un lado a otro hasta que calculé mal y caí al piso. La puerta hizo un «chi-ching» y empecé a arrastrarme como un gusano pescado brócoli hasta que llegué a la orilla del segundo piso. Pude ver desde arriba cómo Peter, supongo, entraba una caja bastante grande y con una bolsa blanca en una de sus manos.

—Pensé que ibas a estar haciéndolo con Megan a esta hora —alcé una ceja ya que no me podía cruzar de brazos.

Peter se sobresaltó y sacó la capucha de su sudadera de su cabeza para poder verme mejor. Tenía otra ropa puesta y se veía mejor, un poco más relajado. Traía ese gorrito de lana que una vez le había robado, y joder... Me encantaba cómo se veía. De seguro con tanta distracción me había hecho pis.

Déjame con mi Orgullo [DISPONIBLE TAMBIÉN EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora