Isak Valtersen en un príncipe omega de 17 años heredero al trono del pequeño reino de Astha.
En un mundo donde es mal visto que un omega gobierne sin esposo, y ante la actitud poco sumisa y demasiado liberal del príncipe, su padre, el rey Aleksander...
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Isak metió la última camisa en el interior del baúl con mala cara, para después dejarse caer en la cama con pesadez.
—Aún no entiendo bien—interviene su mejor amigo y guardia personal Jonas Vázquez—¿Te vas a casar?
—Eso parece—dice el omega tapándose los ojos con el antebrazo—Estoy seguro que el viejo ya encontró un buen partido, pero sabe que si me lo presenta más tardará en instalarse que en salir corriendo.
Jonas suelta una risita y le da la razón al príncipe—Eres duro de roer. Pero creo que enviarte a Oslo, con tu odiosa prima, es algo muy cruel, incluso para ti.
—Bah—Isak hace un gesto con la mano y niega—Sonja podrá hacer lo que quiera, pero jamás cambiara mi forma de ser. Si mi padre cree que estar en un reino desconocido me intimidará, está muy equivocado.
Jonas asiente y luego pregunta algo inseguro—Yo...¿tu plan sigue en pie? Sabes que aún puedes cambiar de opinión, Astha no es tan inútil como crees.
Isak se incorpora para conectar sus verdes ojos con los de su amigo—¿Me estás jodiendo? Estamos dentro y dependemos completamente de Dermis. La única razón por la que aún no nos conquistan es porque mi tío es benevolente y tradicionalista. Pero pronto, Soja se casará con el príncipe heredero de Oslo y aparecerá una nación más grande. ¿Crees que nos dejaran tener un reino independiente? Claro que no, en cuanto Sonja se convierta en reina, Astha desaparece.
—Entiendo—murmura Jonas.
—No me mal interpretes, amo a Astha, pero intentar seguir como un reino es algo cruel—Isak se muerde el labio inferior y afirma—Además, quiero hacer algo bueno por este pueblo. Por eso, cuando sea rey, iré con mi tío a pedir la unificación. Dejaré de ser noble y podré vivir mi vida como mejor me parezca. En un trato ganar-ganar, estoy seguro que nadie se negará.
—Supongo que tienes razón—asiente Jonas—Y de cualquier forma sabes que tienes mi apoyo y el de los otros chicos, en todo lo que decidas.
—Gracias, aprecio mucho eso.
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La vida de Isak ha sido complicada desde siempre, incluso desde antes que naciera. Todo se remonta hace aproximadamente cien años cuando en el reino de Dermis nacieron dos hermosos gemelos, hijos del rey, destinados a la corona y aún desolado destino: Henrik y David Valtersen.
Según la ley el príncipe o princesa que tomaría la corona sería el primer hijo alfa de la familia, pero el problema en Dermis era que ambos príncipes habían nacido el mismo día y ambos eran alfas, en teoría los dos tenían todo el derecho a tomar el poder. Conforme pasó el tiempo los soberanos le dieron preferencia a Henrik y todo se complicó más cuando David (haciendo uso de su legitimidad) pidió la mitad del reino para él alegando que era un trato justo.
Fue una pequeña guerra familiar que terminó dejando a David sin nada y a Henrik como rey de Dermis. Sin embargo, el nuevo monarca no era tan malo como para dejar a su hermano gemelo sin nada, así que decidió darle un pequeño espacio dentro de su nación para que él pudiera ser rey también.
