Isak Valtersen en un príncipe omega de 17 años heredero al trono del pequeño reino de Astha.
En un mundo donde es mal visto que un omega gobierne sin esposo, y ante la actitud poco sumisa y demasiado liberal del príncipe, su padre, el rey Aleksander...
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Regresar a Oslo fue increíble.
En la entrada del castillo estaban todos los sirvientes y trabajadores gritando y lanzando pétalos de rosa por el lugar.
Even fue el primero en bajar del carruaje y después ayudó a Isak quien casi se queda sordo por los gritos de la gente.
Vilde, Noora, Eva e incluso Sana se acercaron para estrecharlo en un fuerte abrazo.
—Te extrañamos mucho, Isak—le dice Vilde mientras le deja un beso en la mejilla.
—Yo también las extrañé chicas.
—Es bueno tenerte aquí de nuevo—le dice Sana dándole una palmada en la espalda—Me hace falta mi estudiante que siempre trae cara de culo.
Isak se ríe—A mi me hace falta la muestra que me lanzaba libros si no pongo atención.
Varios guardias también se acercaron a saludar a Isak y por el rabillo del ojo vio como sus amigos también abrazaban a las chicas.
Jonas le dio un rápido beso en los labios a Eva y Vilde le dio un fugaz beso en la mejilla a Magnus que se puso como un tomate.
El último en acercarse fue el hermanito de Even quien corrió a los brazos del omega.
—¡Isak!—grita Niko con una linda sonrisa—¡Regresaste!
Isak levanta a Niko del suelo y le da un beso en la mejilla—Te extrañe mucho, Ni.
—Yo también—el niño abraza a Isak para después mirarlo con el ceño fruncido—Ya no te vas a ir ¿verdad?
—No lo hará—interviene Even acariciando la cabeza de su hermano—Isak vivirá con nosotros.
—¡Sí!
Después de la calurosa bienvenida el rey Derek pidió silencio. Se colocó en medio de Isak y Even pasándole un brazo por los hombros a cada uno—Amados ciudadanos de Oslo, el día de hoy tengo un anuncio muy importante que dar—el rey le sonríe a los príncipes—Desde hoy muchas cosas cambiarán en este reino empezando por la pareja que gobernará al lado de mi heredero. El príncipe Isak Valtersen, heredero a la corona de Astha, se convierte en el prometido de mi hijo.
La multitud exclama con felicidad e Isak se siente sonrojar.
—Hagamos que la estancia del príncipe y su familia sea placentera y estén atentos a los preparativos de la boda que empezarán desde hoy—el rey palmea el hombro de Isak y lo mira con una sonrisa—Bienvenido a la familia, alteza.
Y luego se abrazan, Even le pasa un brazo por los hombros al menor y le deja un beso en la mejilla.
—Minuto a minuto—le susurra.
—Minuto a minuto—contesta el omega con una bella sonrisa.
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Las siguientes semanas fueron un ir y venir ya que los preparativos para la boda real estaban en marcha.
