Isak Valtersen en un príncipe omega de 17 años heredero al trono del pequeño reino de Astha.
En un mundo donde es mal visto que un omega gobierne sin esposo, y ante la actitud poco sumisa y demasiado liberal del príncipe, su padre, el rey Aleksander...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Isak salió corriendo de la sala de baile y al ver al guardia que le había entregado la carta de Even se detuvo un poco.
—¿Dónde está al persona que te dio la carta?—pregunta un tanto agitado.
—Se acaba de ir, alteza.
Isak asiente y sale disparado a la salida del castillo.
Debería tomar un caballo y pedir la compañía de un guardia. Pero ahora no puede pensar bien, en su mente solo está Even y el pensamiento de querer estar con él.
Corre con todas sus fuerzas, sale del castillo y se adentra al bosque para alcanzar a Even.
Corre sin importar las punzadas en sus pulmones y el frío abrazador. Durante el trayecto solo recuerda los momentos increíbles que pasó con Even, su primer encuentro, sus salidas, su primer beso, su reconciliación, su bella sonrisa. Sí, definitivamente no podía dejar ir a Even.
A lo lejos ve una silueta caminando al lado de un corcel.
—¡Even!—grita con todas sus fuerzas.
La silueta detiene su caminata e Isak también se detiene para tomar aire.
La silueta de vuelve y el omega puede ver el rostro demacrado del amor de su vida. El príncipe está muy abrigado pero luce terrible, tiene unas profundas ojeras bajo los ojos, una palidez extrema y los ojos rojos como si hubiera estado llorando.
Se miran fijamente por un momento, no saben si son segundos, minutos u horas. Ambos príncipes se ven con intensidad intentando transmitir todos sus sentimientos por el otro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Como si estuvieran sincronizados ambos chicos empiezan a avanzar sin romper el contacto visual.
Cuando están lo suficientemente cerca Isak se inclina un poco para poder sentir ese olor a menta y vainilla que tanto había extrañado. Even también se inclina hasta que su mejilla queda pegada con la del menor. Isak se frota queriendo dejar su olor en el alfa, queriendo reconfortarlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
