Capítulo 6

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El sábado en la mañana me encontraba desayunando cereal en la sala de mi casa mientras veía “Abracadabra” en la televisión. Aparentemente el día se mostraba soleado, sin un rastro de nube en el cielo. Comía la edición especial de Halloween de los “Sweet And Sugar Smile”, un cereal de arroz inflado tostado en miel, su edición consistía en estar coloreado de naranja, negro y morado; su caja mostraba una escena de animación con la mascota del cereal, un perrito, pintado como Frankestein frente a una mansión embrujada. Me habían dejado la caja y un cuarto de leche fría para disfrutar de la película.

Mi padre se había ido al trabajo y mi madre cuidaba a Cole en su recámara. Aún recuerdo cuando estábamos muy emocionados por la llegada de mi hermanito, recorrimos muchas tiendas para buscar el color perfecto de su cuarto; mi mamá no quería el típico color azul claro, ella eligió un verde esmeralda que quedó precioso. Jamás sentí celos por la atención a mi hermano, siempre supe que necesitaba atenciones extras para cuidar de él y que no le pasara nada, yo lo amo y no me gustaría perderlo. También me gustaba que no me hicieran mucho caso, en especial estas fechas, pues podía tomar todos los caramelos que quisiera, pero me reservaba para mañana.
Alguien llamó a la puerta, me levanté en mi pijama, que en realidad, era una bata con dinosaurios de todos colores con un fondo azul oscuro, caminé hasta la entrada con los sandalias naranjas resonando cuando golpeaban el piso y después la planta de los pies. Abrí la puerta y era Jordan, traía un pequeño bote de helado Oreo.
–Vine a nuestro maratón del día antes de Halloween–. Dijo sonriendo.
–Sí, pasa–. Dije feliz de verla tras lo ocurrido el día de ayer.
–¿Qué sucedió con tus padres?–.
–Después de que tus padres vinieran a recogerte, se molestaron solo un poco, pero trataron de hablar conmigo.
–¿Sobre qué?–. Jordan se sentó en el piso junto con Henry.
–Me dijeron que si seguía así me enviarían a otro lado–. Henry levantó los hombros.
La televisión sonaba con la voz estridente de una de las hermanas Anderson cantando “I Put Spell On You”.
–Sólo se molestaron por la broma, mis padres son así cuando me paso de la raya con algo.
–¿Henry?–. Dijo su madre buscándolo.
–Acá estoy, mamá. Jordan está aquí–.
–¿Enserio?–.
–Sí.
–¡Hola, señora Harris–. Gritó Jordan.
–¡Hola! ¿Cómo estás?–. Contestó sería.
–¡Bien, gracias!–. Contestó ella.
–Qué bien.
–Gracias–. Jordan miró a Henry. –¿Qué película pasarán después?–.
Henry sonrió. –Después de Abracadabra, sigue HalloweenTown, luego, HalloweenTown 2 y después Brujillizas, y finaliza con “La pesadilla antes de Navidad”.
–¡Qué genial!–. Jordan fue a la cocina y regreso con dos cucharas para el helado.
Comimos helado por la hora siguiente, también Jordan aceptó un plato de cereal.
Mi madre bajó con Cole en brazos, arrullándolo. –¿Abracadabra? Es la única película que no me aburre de ver tantas veces.
–Nos encanta a mí y a Jordan–.
–Sí, jamás te la pierdes. Sería un crimen de Disney que no la pasara estas fechas.
–¿Hay planes para hoy?–. Dije mirando a mi madre. Jordan comía y veía la televisión.
–Iremos, antes de que llegue papá, al supermercado por unos dulces extras, y unos detalles para el disfraz de Cole.
–¿Nos puede acompañar Jordan?–. Mi madre me miró sin expresión, muy en el fondo tal vez seguía enojada o incluso seguía pensando que Jordan no era buena influencia para mí.
Suspiró antes de dar una respuesta. Jordan la miraba con cara suplicante. –De acuerdo, puede ir–.
Mi madre parecía exhausta, Cole no dejaba de llorar en las noches, esa atención extra hacia él, a veces, se comía a mis padres. Eso hubiera pensado si la mirada exhaustiva de mi madre no se hubiera puesto a mí.

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