Capítulo 24

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Se levantó envuelto en un sudor frío, estaba agitado, y su respiración era entre cortada.

–¿Henry? ¡Tranquilo!–. Jordan estaba a su lado sentada en la camilla. –¡Ayuda, por favor!
Un pequeño sonido emitió una señal al doctor que había llegado en compañía de una enfermera. –Cálmate, Henry.
Henry asimiló donde estaba. –¿Qué ocurrió?
–Los oficiales te trajeron aquí después de que colapsaras. Ahora estás bien. Te podrás ir de aquí cuando quieras.
–¡El conductor del autobús! ¡É-él freno rápidamente, el camino…!
–Tranquilízate. Sabemos lo del accidente, pero la oficial Cox te hará unas preguntas cuando estés mejor. Ahora es necesario que te relajes y respires, estás alterado. Te dejaremos un momento para que puedas procesar todo.

El doctor salió, la enfermera cerró la puerta. Jordan se acercó. –¿Qué ocurrió? Me asusté mucho, Henry. La llamada se había cortado de golpe, después de que escuché un golpe.
–The Rake estaba en el camino y una llanta reventó. El chófer murió de una manera horrible –Henry se llevó ambas manos a la frente y suspiró–. Esto está cobrando vidas que no tienen nada qué ver.
–¿Y la información? Ya sabes, tu registro.
–Como dije, había desaparecido, todo rastro de papeles. No puede ver nada…–. Mintió.
–¿Qué haremos ahora?
–Hay algo que necesito intentar, pero es peligroso.
–Dime.
–El ritual de “Los Tres Reyes”.
–No, Henry. Olvídate de ese ritual, ni lo pienses –Jordan se levantó de la camilla–. ¿Qué pasaría si no puedo hacerte regresar? ¿Si te quedas más tiempo de lo debido? Sabes lo que implica. –Jordan se levantó de la camilla y comenzó a caminar de un lado a otro.
–Necesito respuestas, Jordan. Lo haremos bien, es necesario.
Jordan suspiró, no había salida para ella. –De acuerdo.
–Necesitaré dos espejos y un ventilador.
–Los espejos los tomaré de mi casa y tengo un viejo ventilador en el sótano.
–Gracias.
Jordan miró a Henry, en sus ojos comenzaron a verse lágrimas que cayeron por su mejilla.
–¿Qué ocurre? –Dijo Henry.
–Me preocupe demasiado cuando escuché lo que te había pasado. La idea de estar sin ti… Es horrible.

Henry dio un apretón dulce a la mano de Jordan, ésta se limpiaba las lágrimas. Cox entró en ese momento con otro oficial.

–¿Cómo estás, Henry?
–Bien, un poco adolorido, pero bien.
–¿Crees poder hablar acerca del accidente?
–Sí.
–¿Qué ocurrió exactamente?
El otro oficial sacó una pequeña libreta en donde comenzó a anotar cada detalle.
–Una llanta reventó de la nada. El conductor trató de frenar pero el autobús derrapó, las llantas rechinaban contra el pavimento mojado y fue cuando volcamos.
–¿Es todo?
–Sí, después revisé si estaba bien y ví que había muerto. Salí del autobús, estaba muy mal, comencé a caminar tratando de buscar ayuda, pero pensé en qué tal vez a esa hora no pasaría nadie. Me asusté, el pánico de estar en el bosque en la noche, sin ayuda empeoró mis nervios.

–¿Y fue cuando llegó esa patrulla?
–Sí.
–Muy bien, gracias. Encontramos algo que te pertenece, Henry. –Cox extendió su mano, el celular de Henry–. No le pasó nada; estaba en medio de dos asientos.
–Gracias.
–No hay de qué. Es hora de irnos.
–Hasta luego.
Jordan les sonrió y Cox salió.
–Debemos darnos prisa con todo esto. El ritual tiene un horario y necesito cargar el celular .
Henry se levantó cuidadosamente y empezó a vestirse. –Necesita una ducha y ropa nueva.

Ambos salieron, Henry sentía molestia en sus pies, un dolor pasajero. El doctor le recetó y entregó medicinas que calmarían el dolor.

–Ya faltan dos días, Henry–. Jordan caminaba a su lado.
–Hemos pasado por muchos, lograremos ese día.
–Mis nervios son más agudos al acercarse Halloween. Espero poder tener tiempo para nosotros ese día; no sabemos cómo funciona el juego final.
–Tenemos que mantenerlos en nosotros, no podemos arriesgar que vayan a la fiesta de la preparatoria–. Dijo Henry.
–Mis padres regresan hoy –Jordan miró sus pies–. Les diré que dormiré contigo ya que el fin de semana estuve en casa.
–¿Qué es lo que preguntarás en el ritual?
–Son demasiadas preguntas que haré y espero una gran cantidad de respuestas.
–¡Oh por dios! ¿Henry?
Una persona se materializó detrás de Henry, un chico de su misma edad, con su cabello castaño oscuro como el de Henry, pero una mirada más penetrante y un poco más grande.
–¿Ayden?

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