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Minho iba caminando y se podría decir que casi tranquilamente con nerviosismo por el pasillo hacía lo que vendría siendo su nuevo salón de clases. Hoy era su primer día en un colegio de seúl y realmente hubiera preferido otra opción, ya que hace una semana exactamente sus padres tomaron la desición de trasladarse de ciudad por cuestiones del trabajo que prefirieron no decirle ya que saben que su hijo no le tomaría mucha importancia, por lo cual tuvieron que transferirlo inesperadamente a mitad del año lógicamente en un nuevo colegio para no retrasar sus estudios, dejando a su único amigo que pudo hacer de toda la vida cuyo nombre es jimmy en su antigua ciudad. Minho se sentía triste por eso, pero no hay nada que se le pueda hacer.
Tenía que intentar llevarse bien con sus nuevos ""amigos"" como le había dicho su padre y lo peor de todo es que minho no es una persona que le guste hablar o estar rodeado de mucha gente, de hecho, le incómodan los grupos grandes de personas ¿quizás por eso solo tenía un solo amigo antes de mudarse? podría ser.
Decir que estaba temblando era poco. Él nunca había sido muy sociable que digamos y tener que volver a intentar hacer amigos lo hacía sudar de nervios con solo pensarlo. Minho es muy tímido, callado, reservado y su voz es extremadamente baja. Solo hablaba cuando en verdad era necesario, o si no cuando sus profesores se lo exigían; pero él la mayor parte del tiempo se mantenía en silencio.
Así evitaba a todo el mundo.
Después de haber estado casi perdido y haber dado vueltas y vueltas en su instituto, logro dar con él aula que le correspondía, así que entro a su salón de clases e inmediatamente todos sus nuevos compañeros guardaron silencio y voltearon a verlo con ojos curiosos, mientras su nueva profesora le hacía señas con sus manos para que se acercara a ella y así poder presentarlo finalmente delante de la clase.
Típico del chico nuevo.
— Muy bien chicos. Él es su nuevo compañero. Señor Lee, por favor preséntese
— H-hola —dijo más bajo de lo usual mientras hacía una pequeña reverencia, los nervios lo estaban carcomiendo por dentro.
— Por favor, repita lo que dijo y hable más alto Señor Lee —suspiro su maestra.
— Lo siento... H-hola, soy Lee Minho y espero llevarme bien con ustedes —ni el mismo se lo creía. Era obvio que iba a evitar socializar con alguna persona.
— Vaya siente en él lugar vacío de allá al fondo al lado de jisung —señalo la última fila—. Señor Han, hágame el favor de levantar la mano
Minho dirigió la vista hacía él chico peli rosa que había levantado él brazo y algo en él lo recorrió completamente desde el final de la espalda hasta la nuca. ¿Qué clase de escalofríos eran estos? madre mía.
Ese chico... era muy lindo, se notaba menor que él y a minho lo estaba poniendo aún más nervioso con esa mirada tan penetrante que tenía de sus lindos ojos marrones, parecía que quería ver a través de su alma, ya había sentido como él sonrojo se apodero de su rostro hasta sus orejas... ah, realmente ¿siempre se tenía que ponerse nervioso por todo? odiaba ser así.
Avanzo a paso rápido hacía el asiento asignado, tantas miradas en él no le gustaba, más bien lo irritaba y sentía que podría colapsar ahí mismo de una crisis nerviosa o algo parecido, sin exagerar.
Se sentó al lado del chico que en ningún momento le aparto la mirada y este le sonrió. Hicieron contacto visual por algunos segundos hasta que la profesora carraspeo la garganta para que le prestaran atención. Minho juraba que nunca en su vida había visto una sonrisa tan hermosa como esa, era simplemente bella.
Simplemente irreal, ¿Acaso ya la había visto?
— Hola Minho, soy jisung —le dijo él peli rosa, y el mencionado quedo embriagado con la completa dulzura de su voz, más sin embargo las palabras se le quedaron atoradas en la garganta a minho por él mismo pinche nerviosismo.
Él también quería responderle con un 'Hola jisung' pero las palabras no le salían. Simplemente era así.
La profesora siguió con la clase y minho todavía sentía la mirada de su compañero de al lado muy clavada en él, uhg ¿porqué no dejaba de mirarlo?. Quería decirle que dejará de verlo, pero solamente giró la cabeza y conectaron miradas otra vez. Trago en seco y rápidamente dirigió la vista hacía él frente intentando concentrarse en otra cosa que no sea él bonito peli rosa que parecía querer comérselo ahí mismo.
— Oye, nuevo... me vas a dejar ciego de tanta lindura, bajale ¿sí?
