Albus no estaba dispuesto a someterse a la maldición Potter, pero ¿Seguirá siendo una opción luego de Avery?
O mejor así, ¿Logrará no enamorarse de una pelirroja?
❕Antes de comenzar a leer, les aviso que dejé una sorpresita al final del capítulo, así que no salten la nota, ¡Gracias!❕
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― ¿Qué dijo?
La pregunta de Raegen fue la perfecta reacción de los presentes en la mesa de Gryffindor. Una vez que Avery tomó asiento el bombardeo de voces llenó el ambiente, todas y cada una de ellas referentes a Peyton. Con poco interés, la pelirroja respondió vagamente a sus dudas, provocando que los demás la vieran anonadados.
―No es tan difícil de comprender, Raegen ―dijo Avery, antes de rodar sus ojos.
Lily frunció el ceño y gruñó.
― ¡La zorra trama algo! ―exclamó sin descaro―. Debemos dar el primer golpe o será muy tarde... ¿Qué sugieres? ―metió un puñado de cereales en su boca―. Podríamos teñirle el cabello de azul o su piel, a mí me apetece rasurarle el cabello ―sonrió diabólicamente.
Avery suspiró, sabía que Lily no veía la hora de apañárselas contra alguien, no importaba quien. Eso significaba peleas con Lorcan, y eso se adjudicaba a su indiferencia. Con toda la calma que pudo acumular, soltó la tostada y bebió de su zumo, solo quería impacientar aún más a la pequeña Potter. En el momento que alejó la copa unos escasos centímetros de su boca, gritó.
― ¡No!
Lily, quien hasta ese entonces seguía expectante ante la respuesta de Avery, propinó un salto de susto.
― ¡Esa perra es una amenaza! ―chilló fuera de sus cabales―. ¿Qué sigue? Porque yo no creo que mi hermano y Carter se vuelvan amigos.
Avery suspiró.
―Escucha, lo que hay entre tu hermano y yo es complicado ―envió una mirada hacia la mesa de Slytherin, donde Aiden era atacado por un pastelito de crema, por lo que rodó sus ojos―. Y no creo que Peyton sea una real amenaza.
―No aún ―sentenció Raegen.
Avery giró su rostro, enarcando una ceja ante la actitud pensativa que tenía la azabache.
―Dejará de ser inofensiva cuando avance con Albus, te lo aseguro ―dijo mordazmente.
Lily asintió.
―Insisto.
Avery observó a Raegen, quien se encogió de hombros y señaló la mesa de las serpientes. Peyton se hallaba enfrascada en una conversación con Joannie, sin embargo no parecía más que algo sobre Albus, pues se lo estaban comiendo con la mirada. La pelirroja entornó sus ojos con fastidio y dio una patada por debajo de la mesa, la cual fue acaparada por Ethan.
― ¡Auch! ―se quejó el moreno.
James aclaró su garganta.
―Tranquila, no es como si fuese a olvidarse de ti ―dijo con una media sonrisa.
