28. Los delirios de Gal

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Albus le propinó unos toquecitos en el hombro al pelirrojo, quien giró de mala gana al desenfrascarse de la conversación que mantenía con las dos Hufflepuff

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Albus le propinó unos toquecitos en el hombro al pelirrojo, quien giró de mala gana al desenfrascarse de la conversación que mantenía con las dos Hufflepuff. Ambas, de quinto año, llevaban las mismas sonrisas de tontas que plasmaban todas las fans de los merodeadores, por lo que no le sorprendió en absoluto.

―Albus ―sonrió, pasando un brazo alrededor del susodicho―. te invitaría a unirte a nuestra conversación, pero Avery seguramente me dejaría sin herederos ―dijo con ironía.

Las dos chicas se echaron a cuchichear sin quitarle los ojos de encima al Slytherin, la morena negó con fastidio y la rubia bufó. Albus fingió sordera momentánea, enviándole una mirada furtiva a su primo.

―El mapa, lo necesito ―masculló entre dientes.

Fred, quien no tenía intenciones de dárselo bajo ninguna circunstancia, rascó su barbilla con interés.

―Si te lo entrego... ¿Podrías terminar en el despacho de Minnie?

―No.

― ¿Saldrás del castillo sin permiso, irás a Zonko? ¿Vas a jugarle una broma a alguien, más definidamente Filch? ¿Te verás con Avery? ―susurró, cubriendo el costado de su boca.

―Ya te dije que no ―suspiró, rodando sus ojos.

― ¿Entonces por qué te lo daría?

Tras un balbuceo por parte de Albus, Fred quitó su brazo y volvió a darle la espalda para seguir con su charla pendiente.

―Lamento la interrupción encantos, ¿En qué estábamos?

En el momento que Albus vio como el pelirrojo volvía a posar como un casanova, supo de inmediato que no le prestaría atención hasta lograr engatusar a las pobres chicas con su labia, por lo que optó por una distracción. Un brillo malévolo cruzó por sus ojos y, tras demostrar una sonrisa altiva y despreocupada, pasó ambos brazos por encima de los hombros de las muchachas.

―Tengo una propuesta más interesante.

La morena observó a su amiga con una mirada cómplice, quien asintió.

― ¿Qué clase de propuesta?

― ¡¿Qué?! ―chilló Fred escandalizado.

Albus tomó un libro de Defensa Contra las Artes Oscuras y se lo entregó a la rubia, la cual frunció el ceño.

―Scorpius Malfoy, se encuentra en el Gan Salón, mesa de Gryffindor ―anunció―. De parte de Albus Potter, por favor.

―Ningún problema ―afirmó la rubia.

Tras sonreír ampliamente y dejarle un sonoro beso en la mejilla, se escabulló con su amiga fuera del corredor, casi chillando de la emoción. Era probable de que Scorpius se enfadara por ser utilizado como un pedazo de carne, pero fue una de las mejores opciones.

Trouble » Albus PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora