Albus no estaba dispuesto a someterse a la maldición Potter, pero ¿Seguirá siendo una opción luego de Avery?
O mejor así, ¿Logrará no enamorarse de una pelirroja?
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Avery salió del aula dispuesta a buscar a James, aunque no contaba con lo que sucedería luego. Chocó contra otra persona tirándola al suelo. Llevaba la cabeza tan ensimismada en lo que le acababa de suceder que sin querer golpeó a otra persona.
― ¿Estás bien? ―preguntó la pelirroja echándole una mano.
Alice sonrió asintiendo y la tomó con gusto. Alice Longbottom era una Hufflepuff de cabello moreno, ojos verdes opacos y piel clara. Tenían la misma estatura y por lo que Avery conocía a la chica, le parecía muy agradable.
― ¿Te pasa algo? ―dijo Alice.
La pelirroja no se había dado cuenta de que los nervios la consumían, sus manos temblaban de impotencia, respiraba entrecortadamente y no dejaba de moverse de un lado a otro observando sus costados.
―Sí, o más bien no... ¿Has visto a James?
Alice negó.
―No, pero Cindy tiene Pociones ahora, así que debe de ir camino a las mazmorras ―respondió la morena.
Cindy y James compartían pociones los martes, por lo que si ella iba él también. Avery suspiró acomodándose el cabello.
―Alice... ¿Cómo sabes si alguien... coquetea contigo? ―dijo Avery.
La repentina pregunta de la pelirroja descolocó a Longbottom.
― ¿Me lo preguntas a mí? Tú eres la que tiene miles de chicos detrás, deberías saberlo ―sonrió.
Al ver el nerviosismo que Avery llevaba encima, la morena se preocupó un poco. Observaba sus costados y de vez en cuando se giraba para saber si alguien se acercaba demasiado.
― ¿Te han hecho algo?
Alice la tomó del brazo, alejándola de en medio del pasillo.
―Creo que Jonathan... el profesor Harvey, me ha coqueteado ―murmuró la pelirroja.
― ¡¿Qué?!
Avery le puso la mano encima de su boca, tal vez no sucedía lo que ella sentía tan exagerado, pero no le pareció algo normal.
―No lo sé, me veía raro...
― ¿Estas segura de que no es tu imaginación? ―preguntó Alice.
―Sí, Alice. Incluso el que tratara de tomar mi mano fue una imaginación ―respondió irónica.
La morena bufó, pasando una mano por su cabello. Eso era más grave de lo que esperaba, aunque al ver la desesperación de la pelirroja, pensó que necesitaba desahogarse.
― ¿Qué piensas hacer ahora?
Avery se mantuvo muda, realmente no pensaba nada a decir verdad, solo hablar con James. Él era quien siempre tenía una respuesta a todo.
