Avery bajó las escaleras con la mirada perdida, era cuestión de tiempo para que Carter volviera a su forma humana y se encontrara desconcertado, desmemoriado y completamente solo. La idea de que en un par de horas toda la población estudiantil seguiría con sus respectivas vidas le causaba un revoltijo en el estómago. Por un lado deseaba tener la posibilidad de nunca haberse entrometido en tanto peligro, aunque por otra parte no podía olvidarse que se trataba de Carter y que ella no podía mirar hacia un costado, por más de que así lo quisiera.
Estaba harta de remover el pasado, contarle casi toda su vida en una mísera madrugada a Albus le había dejado pensando. Si tan solo le hubiese dicho la verdad nadie habría terminado en la enfermería. Tal vez era su culpa por no haberse dado cuenta que inconscientemente se hallaba jugando a dos puntas. Salem tenía razón, yo no creo que estés lista para comenzar algo si no sueltas a Carter.
No, ella lo había soltado. El tiempo pasó y como el ciclo de la vida demanda, todo cambia y evoluciona con él. Ellos ya no eran los mismos de hace dos años, todo había cambiado. Con el tiempo, Avery aprendió a profundizar en las personas con solo basarse en sus comportamientos y su intuición, el problema fue al reencontrarlo. Pudo sentir como nada había desvanecido, esas miradas seguían allí, el sentimiento de plenitud aún la llenaba, no era capaz de disimular esa sonrisa cuando lo observaba y mucho menos lograba darse cuenta. Debió comprenderlo en el momento que cruzaron miradas en la estación de King's Cross.
― ¡Caballo que más le trote sí, caballo que más le trote no, caballo que más le trote le mando, le mando, le mando una burra!
Avery comenzó a reír, le gustaba cuando Tristan la subía sobre su espalda y llamaban la atención de las personas con su felicidad, algunos sonreían y otros los observaban como si fuesen inmaduros, sin embargo tan solo disfrutaban el sentirse alegres. Se exaltó cuando su hermano pegó un salto que casi la manda a volar en medio de la estación. Cindy rodó sus ojos al verlos volver a toda velocidad, como todos los años ya nadie se inmutaba ante la exaltación de volver a Hogwarts.
Una vez que su cabalgata finalizó, Avery bajó de un salto y acomodó su cabello. Amber Riley mantenía una sonrisa mientras intercambiaba palabras con los padres de Nate, Oliver Wood se despidió de su hijo y finalmente el muchacho se encaminó hacia su amiga. Avery intentó darle un beso en la mejilla para cuando Nathaniel la aprisionó en un abrazo.
― ¡Te he extrañado tanto! ―exclamó el castaño.
―Pero si te fuiste de casa esta mañana ―reprochó la pelirroja.
―Fueron las tres horas más horrendas y vacías de mi vida.
Tras la exageración de Nate, Avery se carcajeó. Wood era como un hermano de otra madre, normalmente se encargaba de espantar a los chicos muggles que intentaban ligar con ella y de cubrirla cada vez que algo salía mal.
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Trouble » Albus Potter
Hayran KurguAlbus no estaba dispuesto a someterse a la maldición Potter, pero ¿Seguirá siendo una opción luego de Avery? O mejor así, ¿Logrará no enamorarse de una pelirroja?