21. Una explicación para Albus

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La pelirroja tronó sus dedos mientras soltaba un suspiro, no era fácil recordar su pasado con Carter y menos si se trataba de Albus quien lo oyera

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La pelirroja tronó sus dedos mientras soltaba un suspiro, no era fácil recordar su pasado con Carter y menos si se trataba de Albus quien lo oyera. Tal vez le hubiese sido más fácil contarle a James o incluso a Rose, pues pese a todo lo que ella y Albus compartieran no parecía lo correcto. Sin embargo, él necesitaba una explicación y estaba dispuesta a dejar de negársela.

─ ¿Querías saber sobre la licantropía de Carter? ─preguntó ella.

Albus asintió, podía sentir la carga energética del aire, estaba seguro de que era incómodo hablar sobre el tema. Avery suspiró, evadiendo la mirada del muchacho y tomó aire para comenzar.

─Carter fue mordido por un hombre lobo al proteger a London ─explicó en voz baja─. Su nombre es Boyd Geebers, ¿Te suena de algo?

En su mente, Albus rememoró un par de nombres que había escuchado decir a su padre. Según recordaba, aunque bastante borroso, habían atacado a un niño esa noche.

Era tarde, lo suficiente como para que Ginny le reprendiera a James por pasarse en su consola tanto tiempo y a él por usar su Tablet. Una vez que su madre encaminó marcha con ambos aparatos y un James furioso, Albus bajó las escaleras de a saltos para llegar a la cocina. Tenía apenas unos nueve años en ese entonces, cada vez le faltaba menos para su cumpleaños número diez. Una vez en la planta baja, escuchó la voz de su padre, aunque aquella vez tenía compañía. Un hombre alto, con el cabello negro y los ojos verdes, utilizaba un sobre todo y había dejado un poco de barro en el suelo. Albus pensó que a Ginny no le agradaría saber aquello, pero su atención se desvió por completo a la conversación.

Harry restregaba ambas palmas por su rostro, los lentes se mantenían sobre la mesa del comedor y se lo podía percibir frustrado y cansado. No solía recibir visitas a horas tan altas de la noche, pero tampoco podía evadir su trabajo de auror como se le antojara.

─ ¿Para qué les serviríamos nosotros? Los más apropiados son los magos de Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas ─comentó colocándose los anteojos.

─Lo sería si de un hombre lobo común se tratase, pero de mala suerte se trata de un ex mortífago ─respondió el hombre lo suficientemente serio.

Harry se irguió en su silla.

─Baja la voz, no quiero que mis hijos escuchen ─susurró─. ¿Por qué no comenzaste por ahí, Aaron?

El señor Williams sonrió de lado, encogiéndose de hombros.

─Te estaba probando, sabía que pensarías declinarlo en caso de no ser importante ─dijo, dejando caer un archivo sobre la mesa.

Albus se estiró un poco más, el escondite tras la pared no le daba la mejor visión. Su padre inspeccionó el archivo con detenimiento y soltando un bufido lo cerró.

Trouble » Albus PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora