Capítulo 68

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Capítulo 68



La vista empezó a volverse borrosa y el cuerpo pesado. Ángela movió frenéticamente los ojos, retorciéndose en si misma para zafarse de las manos que la tenían sujeta, pero lo único que consiguió, incluso intentando abrir la boca para gritar, fue que Cassandra apretara más el agarre de sus manos alrededor de su cuello y Ángela se ahogo en su propia garganta. Las lagrimas empezaron a escocerle en los ojos rojos casi idos, no podía enfocar, ni entender lo que le gritaban sus compañeros alrededor, solo podía sentir el cuerpo empezar a quedarse quieto y la vista volverse oscura.

Cassandra le soltó el cuello y Ángela chupo aire tan profundo que sus pulmones dolieron. Tosió, atragantándose de nuevo mientras luchaba por no perder el control. Sentada encima de su pecho, la rubia la miraba con el rostro sereno, incluso la esquina de su boca estaba torcida hacia arriba, indicando una pequeñísima sonrisa.

-¿piensas que soy lo suficientemente tonta? –Le pregunto ella luego de varios intento de Ángela por soltarse los brazos.- aprender defensa no te sirve de nada si estas sujeta por todas partes. Lo siento.

La sonrisa de Cassandra fue igual que hace unos meses. Fría, macabra y llena de odio. El miedo hizo que Ángela temblara y aunque intento articular unas palabras, arrugo la cara dándose cuenta de que el dolor no se lo permitiría.

-te dejaremos en paz. No te preocupes. El timbre ya sonó. Pero no hemos terminado –Cassandra palmeo la mejilla de la chica dos veces sonriendo y se levanto de encima. Permitiéndole el acceso completo a los pulmones de Ángela llenarse. Los amigos de Jay le soltaron los brazos y el nombrado se agacho a la altura de su rostro, mientas ella se acurrucaba de medio lado agarrandose el cuello adolorido.

-prepara esa sucia boquita –Ángela creía que eso fue lo que entendió, pero no estaba segura porque el zumbido en su oído y los latidos de su corazón eran muy fuertes y no la dejaban ni pensar.

Ángela se quedo ahí un rato mas, sintiendo el frío suelo bajo su cuerpo. Curioso, el suelo podía estar frío pero su cuerpo parecía un horno, sobre todo la parte de su cara, la sentía bastante acalorada. Se levanto, decidiendo que iría primero a revisarse en el baño antes de ir a clases.

Cuando se miro en el espejo trago saliva con dificultad. Tenía todo el pecho hasta la cara roja y su cuello tenia unas pequeñas marcas de lo que parecía ser líneas de manos. Claro, eran las manos de Cassandra las que habían sujetado con tanta fuerza. Ángela suspiro, eso seguro se transformaría en un hematoma. Se lavo el rostro con pereza y se dirigió al salón, esperando que el profesor no le dijera absolutamente nada

Por supuesto, luego de que él la reprendiera por llegar tarde, Ángela se sentó en su puesto aliviada por que no notara la diferencia de color entre su cuello y la cara.






El timbre ni siquiera había terminado de sonar cuando Ángela ya se encontraba de pie, saliendo del salón. No porque la clase hubiera sido mala o aburrida, le gustaba prestar atención pero sabia que si abría la boca, podría ganarse de nuevo algún comentario de sus compañeros y además, la garganta no le daba para hablar. En cambio, salio tan rápido del instituto porque no quería tener que lidiar con la advertencia de su Némesis

''pero todavía no hemos terminado'' solo de recordarlo Ángela temblaba. Suspiro mas aliviada cuando se encontró del otro lado de la calle que separaba ahora, al infierno de ella. Siguió caminando a paso tranquilo. Tal vez su madre prepararía algo delicioso hoy. Niall no la había llamado. Ángela saco el teléfono para marcarle ella, porque quería escuchar su voz, los días siempre eran mejor cuando hablaba con él.

Bullying (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora