capitulo 18

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Capitulo 18


Y no llego, la puerta del salón estaba cerrada para Ángela cuando por fin había conseguido salir del cubo de basura. El profesor la había dejado fuera y ella tuvo que encerrarse en el baño para que no la regañaran si la vieran caminando por los pasillos.

La herida de la nueva cortada le estaba doliendo cuando la abrió con la hojilla del sacapuntas, le sangraba estrepitosamente y el lavamanos estaba lleno de sangre que iba corriendo con el agua. No podía parar de llorar por sentirte tan tonta y humillada. Estaba sucia y la ropa estaba manchada, su cabello mojado y tieso por culpa de las sustancias de las bebidas que derramaron sobre ella, sentía frío y aparte, olía asquerosamente mal, a basura, a comida rancia, se sentía un sucio animal. Ya quería irse para su casa, no podía seguir estando en el colegio, ya no tenía ganas de seguir estudiando. Termino de cerrar la herida con venda, se cubrió con el suéter y salio del baño en silencio. Camino ligeramente rápido y con cuidado de que nadie la encontrara hasta que salio del instituto.

Camino con la cabeza gacha unas cuadras hasta que llego al parque cerca de su casa. Le estaba doliendo la cortada mas de lo  normal, se había echo dos de un sol tiron y mas profundas que las demás, ansiaba llegar a su casa para tomarse una pastilla para el dolor de cabeza. Ángela se sentó en un banco en las orillas del parque y cerro los ojos. Se enderezo y se dejo llevar por los sonidos de los árboles moviéndose con el viento, la risa de los niños en los columpios, el ruido de los columpios al subir y bajar. El ruido de las hojas al caer en el suelo, el olor a naturaleza en el ambiente, la felicidad y armonía que emanaba la gente a su alrededor. Era un sueño, le parecía un sueño, tan tranquilizador, todo era tan pacifico. Respiro profundamente hasta que sus pulmones se llenaron de aire y lo boto lentamente. era reconfortante

Una hora más tarde, Ángela se encontraba recostada en uno de los árboles, la herida había dejado de dolerle, o si le dolía ya no lo sentía. Se había tranquilizado bastante al estar sola y llena de serenidad.

Esa era una de los factores que le encantaba de ese parque, era tan tranquilo y lleno de niños corriendo y riendo, era hermoso, tenia árboles por montón y flores de todo tipo, le encantaba estar ahí.

Un pequeño ruido la saco del trance y se dio cuenta de que era su celular sonando, era Niall. Ay.

-¿hola?  -dijo dudosa. No había pensando en el toda la mañana y ahora, justo ahora le hacia un poco de daño hacerlo.

-¡hola preciosa! –la saludo el con una energía desbordante- estaba cerca de tu instituto y pensé en recogerte. Quiero hablar contigo.

-¿a mi instituto? No, yo no estoy ahí –le respondió y frunció el ceño- ¿hablar conmigo?

-OH, bueno ¿Dónde estas? Puedo pasar por ti y llevarte a tu casa. Es importante –sin saber porque, la persistencia de Niall la hizo sonreír, una sonrisa que solo el podía sacar en sus peores momentos.

-estoy en la plaza cerca de mi casa, puedo esperarte en la entrada si quieres.

-perfecto, en diez estoy ahí –y colgó. Ángela se guardo el teléfono en el bolsillo del pantalón y se levanto a regañadientes de la grama. Tomo su bolso y fue hasta la entrada del parque.

Unos doce o quizás quince minutos después Niall estaba aparcado en la acera esperando a Ángela. Camino un poco dudosa hasta el auto y se metió dentro de el, en el asiento del copiloto. Dentro del automóvil, Ángela observo a un chico rubio, con la cara brillante y una sonrisa espectacular.

<<parece que esta un poco emocionado>> pensó con curiosidad

-¡hola ángel! –exclamo Niall sonriendo y se aproximo hacia ella para apretujarla entre sus brazos y darle un tierno beso en la mejilla justo antes de acariciarla con el pulgar. Cerró los ojos al sentir el contacto de los labios de Niall en su mejilla. Se sonrojo. Le encantaba su presencia.

Bullying (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora