Las alas del ángel Inazuma

Capítulo XI

  Domo!

Aquí el capítulo 11! Este ha sido uno de los más largos que he escrito! Intentaré hacerlos así de largos más seguido ^^

Nada más que decir, ¡espero que les guste!

Inazuma Eleven no me pertenece, es propiedad de Level 5.

Lamento no haber subido cap la semana pasada, esta semana si subi ;) Mejor tarde que nunca! <3

Capítulo 11: Arrepentirse no es pecado.

Todos se hallaban entrenando. Ninguno estaba concentrado ni en lo más mínimo. El entrenador les daba indicaciones, pero ninguno hacía caso a nada, a excepción de los ex jugadores del instituto Alien. Nagumo pateó el balón con fuerza, intentando hacer un pase a Midorikawa, pero en vez de recibir el pase con los pies, el golpe le llegó de pleno en la cabeza.

-¡Au!- el moreno se quejó. Luego se volteó a ver a Nagumo que reía a carcajadas junto a Ulvida.- ¿Qué rayos le pasa...?

-Tranquilo, colega...- dijo Nagumo mientras que sonreía arrogantemente.- Era solo un pase.

Los chicos fruncieron el ceño, molestos, y volvieron a su "práctica". Cherryl daba pases a Tomoyo y Kazemaru, mientras que miraba nerviosamente la entrada del hostal, esperando a que cierta persona apareciera de una vez. El resto del equipo no era la excepción. Todos echaban un vistazo de vez en cuando al mismo lugar, esperando con ansias que la peli negro llegará.

-No entiendo cómo es que se preocupan tanto por la mocosa esa...- dijo Nagumo cruzándose de brazos. Un balón le golpeó de lleno la cabeza, haciéndolo caer al suelo.

-Ups, disculpa...- dijo Midorikawa sonriendo irónicamente.- Sufro de discalculia...

-¿De discalculia...?- musitó el pelirrojo por lo bajo. Hiroto miró como Midorikawa apretaba sus puños con fuerza.

-Sí, de discalculia...- dijo Midorikawa en voz baja.- En vez de haberte pegado en la frente, te debió haber llegado en las-

-¡Disculpen la tardanza!- la voz de Mio hizo que todos se detuvieran. Los chicos fueron donde su amiga. Muchos creían que no regresaría, sin embargo, ella ya se había comprometido con el equipo.- Tuve unos cuantos problemas...

-¡Volviste!- exclamó Cherryl emocionada. Luego, se uso firme y frunció el ceño.- ¡Pero no creas que te salvarás tan fácilmente! ¿¡Dónde estuviste anoche!

-Tranquila, mamá...- dijo Mio haciendo reír a algunos.- Dormí en casa...

-Ah...- dijo Cherryl avergonzada.

-Es natural que se preocupe.- dijo Nagumo.- Después de todo, ellas no serían capaces de mantener al equipo solas.

Luego, otro balonazo impactó contra su estómago, quitándole el aire y haciéndole caer al suelo. Desde lejos, Goenji le fulminó con la mirada.

-Discalculia, es contagioso.- se excusó el delantero tras ir junto a Mio. La peli negro saludó a sus amigos uno por uno. Midorikawa y Tsunami abrazaban a Mio al igual que aquella vez que había estado en el hospital. Luego, intercambió miradas con Fubuki. La muchacha jamás había visto en tal estado al pobre. Tenía los ojos rojos, probablemente de tanto llorar y se encontraba en un estado lamentable. Él desvió la mirada, y justo cuando iba a alcanzarle, el entrenador les obligó a continuar con la práctica.

-Mio...- dijo Goenji.- ¿Podemos hablar?- la pelinegro asintió y se fueron a un lado apartado del resto.

-Bien.- dijo Mio.- ¿Qué pasa...?

-Mio... Es sobre Fubuki...- dijo el chico. Mio rodó los ojos.

-Si es sobre eso, entonces...

-¡No!- exclamó el delantero.- ¡Tú no entiendes! Ulvida es quien lo besó.