Ocho. M

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Accedí en venir con Emilia no porque me encantara su compañía, era más que obvio que acepte solo para poder darle celos a Luna, pero no tenía sentido seguir insistiendo cuando ella ya no quiere nada conmigo y Emilia no parecía ser mala persona, si, se juntaba con Ámbar y Benicio y unas que otras veces molestaban a Luna pero ahora mismo Luna no estaba entre mis principales preocupaciones

Emilia lucía decepcionada, y como no si desde que llegamos me he comportado indiferente y como un completo patán, cuando Emilia salió de la pista lo pensé unos instantes pero terminé siguiéndola hasta los lockers que se encontraban vacíos

-Emilia ¿Por qué lloras? -me atreví en preguntar aunque ya estaba más que clara la respuesta

-Déjame sola -murmuró con la voz quebrada por el llanto -¿Por qué no aprovechas que ya te dejé en paz y vas en busca de Luna? -una lágrima se deslizó por su mejilla nunca la había visto así, tan vulnerable ella siempre aparentaba ser hasta mucho más ruda que Ámbar

Pero solo era eso, apariencias

-Lo siento-hablé apenado-Vos no te merecías que te tratara así

-Perdóname por no ser como Luna -murmuró nuevamente dejandome sin palabras

-No tienes que ser como Luna, tu ya eres suficiente-coloqué una mano en su hombro acariciándolo levemente

-No suficiente para ti al parecer -rió sin ganas

-Lamento seguir enganchado con Luna-rasqué mi nuca nervioso

-No es tu culpa, yo tampoco me sintiera atraída en alguien como yo -

Emilia no parecía demostrarlo, pero tenía inseguridades como cualquier persona

-¿Que cosas dices? -arquee una ceja -Emilia yo nunca me había dado la oportunidad de conocer a alguien como tu y es que no deberías de sentirte mal por como eres y ningún ser humano se escapa de ser imperfecto, la imperfección es lo más perfecto que existe -Emilia me observó sin saber exactamente que responder y proseguí hablando -No entiendo por qué sigues comparándote con Luna si eres mucho más que ella -me senté a su lado en el pequeño sillón cerca de ella

-Por favor Matteo, ambos sabemos que no es verdad -bufó -Ya deja de decir estupideces

-No son estupideces Emilia, eres una belleza lo quieras admitir o no y los que digan lo contrario son unos idiota por no ver lo hermosa que eres-hablé sin pensar -Yo puedo ver lo maravillosa que eres y me arrepiento por no haberme dado cuenta antes

Ahora mismo quería darme una bofetada

-Matteo yo...-murmuró

-No digas nada solo olvida eso, no se porque lo dije -en realidad lo se muy bien

-Gracias, por tratar de animarme -comentó sonriendo

-¿Tratar de animarte? lo he logrado, mira la enorme sonrisa que tienes -acaricié su mano

Ella soltó una carcajada-Eres un tonto

-Lo sé -le sonreí de vuelta

-Matteo... -

-¿Si? -voltee a verla y ella tenía una mirada pensativa

-¿Que te hizo cambiar de opinión? -arqueo una ceja con confusión

-Digamos que me dí cuenta que no puedo seguir estancado con una persona que no siente lo mismo por mi y así esa persona cambia de opinió yo también merezco la oportunidad de ser feliz ¿no crees?

Ella solo asintió

( . . .)

No había vuelto a ver a Luna el resto de la noche, lo cual me di la oportunidad de disfrutar el resto de la fiesta junto a Emilia, me permití conocer un poco más de ella, sus gustos, sus sueños, entre otras cosas

-¿Me puedes llevar a mi casa? ya es algo tarde y Ámbar se fue hace rato a su casa -preguntó ella un poco tímida

-No tienes porque pedirlo, tampoco iba dejarte sola a tu suerte -tomé su mano saliendo del Roller hasta mi auto, me tomé la molestia de abrirle la puerta para que ella subiera

El camino a su casa fue un tanto tenso pues ninguno se atrevió a decir algo en todo ese rato, una vez en su casa me bajé del auto dispuesto a abrirle la puerta pero ella se adelantó

-Vamos Matteo, estamos en el siglo XXI-rió rodando los ojos-Deberías leer sobre el empoderamiento femenino

-Lo tendré en cuenta -asentí divertido frunciendo los labios

-Entonces, hasta luego -se acercó hacia mi y me abrazó -Gracias por la velada, fue algo diferente pero lindo -murmuró cerca de mis labios

Pude sentir su respiración muy cerca, tanto que sentía que si movía los míos terminaríamos besándonos y era algo que me llamaba la atención, ese sentimiento de deseo creció en mi pecho al tenerla tan cerca

-Hasta luego -susurré de igual forma sin soltar su cintura, ella aun mantenía poyados sus brazos en mis hombros

Ella se separó lentamente de mí y me guiñó un ojo antes de entrar a su casa

Bravo Matteo, te has enamorado de la chica Slider

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Mala Influencia; ꜱɪᴍʙᴀʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora