Cuarenta y tres. Á 《+18》

4.1K 261 38
                                    

Estaba sentada en mi cama ansiosa esperando a Simón y un poco nerviosa por la excusa absurda que de seguro le inventó Emilia para que viniera rápidamente hasta acá cuando de repente tocaron la puerta con insistencia, me levanté de la cama, tomé una profunda respiración y abrí la puerta

—¿Vas a tener sexo con alguien? —fue lo primero que preguntó Simón en tono preocupado analizando mi cuerpo

—¿Que? ¿de que hablas? —fruncí el ceño totalmente confundida

—Emilia me dijo que ibas a tener sexo con alguien —explicó —Y yo no iba a dejar que... —inmediatamente cerró la boca

—¿Qué no ibas a permitir? ¿Que yo tuviera sexo con alguien? —reí —Por favor Simón yo puedo tener relaciones sexuales con quien me de la gana, ese no es problema de vos —

—Claro que es mi problema —caminó con paso firme hacia mi —Porque nadie te puede hacer sentir lo que yo —cerró la puerta con pestillo detrás de él —Porque nadie causa el mismo efecto que yo tengo en ti y lo sabes —quedó a centímetros de mi rostro

—Estas diciendo más estupideces de lo normal —lo esquive y me coloque del otro lado de la habitación con los brazos cruzados

—Vamos Ámbar, admítelo, lo que yo te hago sentir no lo sientes con nadie más —caminó nuevamente hacia mi acorralándome en una esquina de la habitación —Dime ¿alguien te besa como yo? —unió sus labios a los míos en un beso lento pero cargado de deseo —Respóndeme

—No —negué en un suspiró

—¿Alguien te toca como yo? —bajo su mano lentamente por mi cintura hasta llegar al dobladillo que mi falda de cuero y sin previo aviso metió su mano entre mi ropa interior hasta tocar mi feminidad palpitante por la necesidad de sentirlo, paseo su dedo como si tratara de realizar un recorrido hasta que con su pulgar presionó con sutileza mi clítoris. Volvió a sacar su mano de mi falda dejándome con ganas de que siguiera descubriendo mi sexo —Respóndeme, Ámbar

—No —respondí a duras penas tragándome mi orgullo

—¿Alguien trata tu cuerpo como lo hago yo? —quitó mi blusa blanca de un tirón dejándome en un brasier de encaje azul marino, paseo sus manos por mi espalda dejando leves caricias y dando pequeños besos en mi hombro hasta que sus manos llegaron al broche del brasier el cual no le tomo tiempo en retirar dejando mis pechos al aire los cuales instintivamente cubrí con mis brazos, estaba tan avergonzada, había estado desnuda frente a chicos pero con Simón era totalmente diferente, quería que tuviera la mejor impresión de mi y sentía que no era lo que él esperaba

—¿Por que te cubres? —Simón frunció su ceño extrañado

—Porque no quiero que me veas así —tomé mi blusa del suelo dispuesta a colocármela y largarme de ahí —Esto es una mala idea, no soy lo que vos esperas

—¿Qué? carajo Ámbar ¿Como eres capaz de decir eso? —me observó claramente enojado —Eres jodidamente hermosa y no quiero que dudes de la perfección de tu cuerpo porque pareces tallada por los mismos putos ángeles —tomó mi blusa y la arrojo al suelo

Yo aún seguía con mis manos cubriendo mis pechos y temblorosa los fui bajando dejando al descubierto mi torso, con la claridad de la habitación pude ver como los ojos de Simón se oscurecían aun más, perdí el miedo y con la misma gentileza que el tuvo con mi blusa retiré su remera admirando sus músculos tonificados, Joder con solo verlo sin camisa ya estaba encendida

Simón me tomó por los muslos cargándome y besándome mientras caminaba a la cama donde me depositó para quitarse el pantalón quedando solo en boxers se recostó sobre mi lo suficiente para no aplastarme pero si para hacer fricción con nuestros cuerpos, cada vez la tensión entre nosotros aumentaba y las pocas prendas que aun teníamos comenzaban a estorbar, Simón retiró mis bragas lentamente y con la punta de mis pies me quité mis botines y los dejé caer al suelo sin cuidado

Él coloco su cabeza entre mis piernas con la intensión de hacerme un oral que no pude rechazar, si su lengua se siente el paraíso en mi boca, en mi feminidad debe ser la gloria, dejó castos besos en el interior de mis piernas para deslizar su lengua lentamente a mi sexo haciéndome entreabrir mi boca para dejar escapar un jadeo, su lengua comenzó a hacer su trabajo y yo solo disfrutaba de placer que eso me ocasionaba cuando estuve a punto de venirme apreté con fuerzas las sabanas soltando un gemido que fue ahogado con un beso de Simón

ya no quería sentir su lengua o sus dedos, quería sentirlo a él, con desespero me coloqué de rodillas en la cama quitando el boxer de Simón ocasionando una pequeña risa de su parte al ver lo ansiosa que me encontraba

—Mi turno —murmuré con la respiración acelerada, hice que él se recostara en el tope de la cama y yo me subí sobre él posicionando su miembro en mi entrada ¿Como eso me iba a caber? no lo sé pero de una forma u otra lo haría, apoyé mis manos en la cabecera de la cama y bajé mi cadera de una estocada haciendo que Simón y yo soltáramos un gemido de placer al unisono, tardé unos segundos en adaptarme a su tamaño, con lentitud comencé a mover mis caderas acostumbrándome a sentirlo dentro de mi para dar pequeños saltos cabalgando sobre él. Simón colocó sus manos en mi cintura acelerando mis movimientos y marcando un ritmo constante

Había tenido sexo con diferentes chicos pero esto no era solo sexo, esto era como descubrir un nuevo planeta, era extraño pero fascinante

—¿De quien eres Ámbar? —habló en un gruñido

—D-de vos —mordí mi labio inferior —Soy completamente tuya Simón

Inesperadamente él rodó sobre la cama haciendo que ahora yo quedara abajo de él

—Eres mía y yo completamente tuyo —acarició mis pechos mientras me penetraba

—Joder Simón, esto se siente malditamente genial —clavé mis uñas en su espalda —Más rápido, por favor —supliqué jadeando

Él no respondió, entendí en la situación en la que se encontraba la cual le dificultaba articular una palabra sin embargo hizo lo que le pedí y aumentó el ritmo de sus embestidas

—Estoy a punto de venirme —murmuró con la voz ronca y solo eso fue suficiente para que yo llegará a un exquisito orgasmo soltando un desgarrador gemido que me quemó por dentro, Simón solo tardo unos segundos para alcanzar su propio clímax bajando la velocidad de sus embestidas pero aun sin salir dentro de mi —Quiero quedarme así, quiero estar siempre unido a ti —dejó un camino de besos húmedos desde mi cuello hasta mis labios —Lo que acabamos de hacer fue lo mejor de mi vida bonita —tomó la punta de una sabana cubriendo un poco la desnudez de nuestros cuerpos, yo recosté mi cabeza en su pecho sintiendo los pausados latidos de su corazón que hace unos minutos bombeaba como si se fuera a escapar de su pecho

—Lo mismo digo —volteé un poco mi cabeza para mirarlo a los ojos —pero vos sos lo mejor de mi vida. Te amo

—Soñaba con que algún día me dijeras eso —habló con emoción

—Deseo cumplido —sonreí

~••~••~••~••~

Mala Influencia; ꜱɪᴍʙᴀʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora