Capitulo 6: el mal sueño.

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Esa noche dormí tan poco. Estaba acostada en una cama en la habitación de huéspedes de la casa de Wanda, no podía creer en que dentro de unas horas estaríamos en camino a una muerte instantánea, para hacer quien sabe que cosa .lo único que me confortaba era el olor de mi pijama de seda con olor a hogar.

Mientras trataba de conciliar el sueño escuche a Wanda y Aline que discutían en la habitación de al lado, me arrodille sobre la cama y me apegue a la pared.

-no puedo llevarla ¡tiene tan solo 12 años!-decía Aline- ¿acaso tu llevarías a tu hermana pequeña a una misión suicida?

-¿y quien dijo que era una misión suicida?-decía Wanda- es solo ir, sacar sus archivos de su computadora, cruzar la frontera y buscar ayuda.

-es solo ir y esperar a que nos maten. Estaríamos más seguras aquí.

-Amanda sabe que aquí vivía Thomas Colin y que tuvo una hija solo es cuestión de días para que vallan a llevarnos ella misma al fusilamiento.-decía Wanda- ¿todo esto es por rose? Dale un arma, los niños aprenden rápido.

Hubo un breve silencio.

-lo pensare.

-pues piensa pronto ¿quieres? Tenemos hasta el amanecer.

Se escucho el clic de la luz al apagarse y luego todo fue oscuridad.

No se en que momento me dormí o cuando lo pensé pero de repente aparecí en un campo, el cielo estaba despejado y corría una leve brisa a pesar de que el sol caía sobre la tierra  dando mucha claridad, estaba lleno de flores silvestres y a lo lejos se veía una casa. La casa era blanca y al parecer grande con el techo azul y un balcón abierto donde unas cortinas blancas se mecían al compás del viento.

En ese balcón estaba mi madre sonriendo ampliamente con un perfecto vestido color celeste y su pelo castaño suelto hacia atrás.

Corrí hacia a ella, lo mas que pude pero nunca llegaba. Corría sin moverle y la oscuridad empezó a envolverme tirando de mí hacia abajo.

Caí al vacío.      

Desperté  agitada.

Rose estaba parada con su muñequita en la puerta de la habitación.

-hola rose.

-no puedo dormir.

-yo tampoco.

-¿puedo quedarme contigo?

-claro.

Ella se metió en la cama.

-¿quieres que te cuente un cuento? Ya sabes esos que terminan con un final bonito. 

-¡claro!

-bien.-dije- hace muchos, muchos años en una tierra muy lejana…

  

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