Capitulo 25: conexiones.

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(Narración: Aline)

Estaba apoyada en algo, ese algo se movía, mis parpados estaban cerrados, ¿estaba inconciente…pero a su vez conciente?

No podía moverme o parpadear, tenia respiraciones pesadas, profundas, calmadas, tenia el cuerpo relajado.

Escuche el ruido de una puerta abrirse, era una habitación, muy iluminada, la luz me quemaba.

Me inyectaron algo en la muñeca, dolió, pero no podía hacer nada.

Los pasos de alguien alejándose. Después las puertas se cerraron nuevamente. 

Abrí los ojos lentamente, me encontraba en una mesa de metal fría, ya no llevaba mi vestido blanco  ni mis botas, si no que llevaba un pantalón de piyama negro y una remera blanca, y estaba descalza.

Mira alrededor, el  piso y las paredes eran de espejo, millones de Alines,

La puerta era de metal cubierta, también echa de espejo, me costo encontrarla, empecé a empujar a patear y gritar.

El espejo se rompió, de echo todos se rompieron, espejos rotos saltaban de las paredes, me cubrí la cabeza con las manos.

Saque las manos de mi cabeza, ahora, me encontraba parada en medio de la calle, gente caminaba por las veredas.

-¡Aline! ¡Sal de ahí!-me gritaron.

Miraba alrededor, no sabía quien me gritaba.

-¡Aline!

Rose. Rose estaba gritándome, parada en la vereda, intente salir de en medio de la calle pero mis pies no quieran moverse, estaban aferrados al suelo. 

Un auto empezó a tocar bocina, cada vez estaba más y más cerca. Rose me empujo a un lado, el auto la choco, nadie notaba el alboroto que había allí.

Intente pararme, pero mi mano se hundió en la acera.

Y caí.

Las calles se derretían y caían como baldazos de agua.

Era agua en realidad, las calles ahora eran mar y me estaba ahogando en ellas ¿Qué estaba pasando? Los espejos, el auto, Rose, el mar… ¿todo esto era realidad?

El cuerpo de Rose se había perdido en las profundidades, mi cabello se pegaba a mi rostro; el agua se arremolinaba y me absorbió.

Volví a despertar, pero esta vez sobre la mesa de metal, el techo, que también era de espejo, me reflejaba.

Tomaba grandes bocanadas de aire, como si enserio me hubiera ahogado, tenia las rodillas raspadas, como si de verdad me hubiera caído en el asfalto.

Y mis ojos brillaban, brillaban demasiado, eran luces que salían de mi cara prácticamente.

Empecé a palidecer, más y más.  

Unas mujeres entraron en la habitación, me agarraron de los brazos detrás de ellas estaba Amanda mirándome confundida.

-¿Qué le pasa? ¿Esto es una reacción secundaria?-pregunto ella. 

-no lo sabemos, ¡Aline! ¡¿Me oyes?! ¡Aline!

Y no, no la escuchaba, sabia que estaba viva, lo sabia, pero estaba mirando fijamente mi reflejo, mis ojos brillando, mi piel pálida como papel. 

Me estaban sacudiendo, quería que les respondiera. La furia me empezó a invadir, más y más y más.

Un solo sonido salio de mi boca, y fue un grito y sentí que mis ojos estallaban, luces fugaces en todo el lugar, pero yo solo escuchaba el sonido de mi voz. 

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