(Narración: Aline.)
Me desperté de golpe, sentí unos brazos a mí alrededor, el latido de un corazón, el corazón de Michael.
Lo mire y el me miro.
-¿Cómo te sientes?-me dijo, tenía el labio partido, la mirada cansada, pero fija en mí.
-cansada, mareada… ¿Dónde estamos? Tuve un sueño muy extraño.
-no lo sabemos-dijo shailine, por fin notaba su presencia, a su lado estaba a Wanda recostada sobre la pared.
Era una habitación blanca, el piso era frío y duro, no había muebles, armas o comida, no había nada.
-¿Cuánto tiempo eh dormido?
-como unos dos días enteros-dijo Micael.
Un humo blanco se empezó a esparcir por la habitación olía extraño como…
-¿Qué es eso?-dije
-droga-dijo Wanda con naturalidad.
-¿¡nos están drogando?!
-bueno, no drogando-dijo Michael-solo es humo que te mata de a poquito, tranquila muy pronto vas a empezar a marearte y cansarte y no podrás caminar desesperada por toda la habitación. También empezaras a alucinar.
-¿a...Alucinar?-dije
-tu no inspiraste tanta droga-dijo shai- el cabello de Wanda es morado, oh espera tiene como ¿brillitos?
-yo no estoy tan mal como ellas, todavía puedes entablar conversaciones conmigo.
-Rose-dije- ¿Rose esta…?-dije, ahora lo recordaba, mi corazón latía mas y mas fuerte dentro de mi pecho cargado de angustia.
-si, Aline-dijo Michael-lo siento mucho
Me senté a su lado, el me beso en la mejilla, lo abrase con fuerza, no quería llorar ahora, no quería, pero debía, oh si que debía.
Y recordé el sueño, el sueño donde estaba en mi propia casa trabajando de criada ¿Quiénes eran las dos señoras? ¿La señora del vestido rojo de terciopelo? ¿Y la del vestido azul y ojos marrones?
La puerta se abrió y entro una mujer vestida de traje, ojos marrones con una mirada amenazante, mi cuerpo cansado me impedía pararme y huir.
Detrás de la mujer había dos guardias armados.
-a la rubia, la hermana de la niña angel, vamos a tener una pequeña charla.- me dijo.
Reconocí a esa voz.
Esos ojos.
La mujer del sueño, la del vestido azul.
Amanda.
