(Narración: Aline)
Sonreí ya que o sabia que hacer ¿echarme a dormir como shailine? ¿Huir como Wanda?
Mientras pensaba algo que decir o alguna excusa para dar observe a alredor con más detenimiento.
Había camas de metal con mantas de color negro blanco y gris y una mesita con una lámpara entre cada par de camas, y un baúl delante de cada una, una sola luz blanca iluminaba las paredes grises y el piso de piedra frío.
Había dos puertas, una de ellas casi no se veía porque era gris al igual que la pared y no tenia manija. .detrás de mi había un armario y una cocina muy pequeña. ¿Cómo podía esta gente vivir así?
-¿hay un baño aquí?-me di cuenta que hace dos días no me daba un buen baño, mi pelo estaba grasiento y estaba cubierta por una capa de suciedad.
-es la puerta de allí, te daré una toalla- era una mujer la que había hablado, era rubia y tenia ojos marrones que se ocultaban detrás de unas gafas. Era alta y flaca, llevaba puesta unos vaqueros y una camisa blanca muy suelta “esta mujer bien podría ser mi madre” pensé.
-gracias- le dije cuando volvió con las toallas
Me dirigí al baño, no había mucho allí, el inodoro, la bañera y un espejo muy, muy viejo.
Abrí el grifo y me metí bajo el calor del agua y la deje correr por mi cuerpo dejándome llevar.
Cuando Salí abrí mi mochila y saque de allí una falda negra hasta la rodilla y un TOP azul, me peine el cabello mientras cantaba la canción que rose estaba cantando en las vías del tren, era una canción que su madre les cantaba de pequeñas, nunca se acordaba la letra solo el pacifico “a-a-aa-a-a-a-a-aaa así la cantabas” que le traía bellos recuerdos de la infancia.
Cuando salio del dormitorio las personas se habían dispersado por la gran habitación y estaban sentadas en sus camas cenando como si nada, la luz central estaba apagada y en vez de ello todos los veladores estaban encendidos y parecían pequeñas estrellas en la habitación que de daba un toque de calor.
La única cama apartada era la del fondo de la habitación donde había un plato de arroz y un vaso de agua que supuse eran para mí.
Rose estaba sentada en la cama de enfrente comiendo tranquilamente.
A mi lado había un chico de mi edad, llevaba una remera blanca y un pantalón de algodón, tenía un gorro gris puesto pero se escapaban mechones de pelo castaño, cuando me acerque levanto la vista hacia mi, tenia ojos verdes como ella muy hermosos.
-¿ya te vas a dormir?- le dije
-si te no te has dado cuenta ya oscureció, no te culpo aquí dentro no puedes darte cuenta.
-ah, claro
Me senté en la cama el seguía comiendo en la cama de el otro lado.
-¿Cómo te llamas?-me pregunto
-Aline-dije sin mirarlo-¿tu?
-Michael
-bonito nombre
-el tuyo igual- me respondió, el comía, yo solo miraba el arroz con cierto asco.
-¿Qué no comes?- me dijo con la boca media llena.
-no…no gracias yo, no tengo hambre.
-como quieras-se encogió de hombros
Agarro mi plato lleno, y el de el vacío y los coloco en sobre su baúl.
-ahora, cuéntame de ti-dijo sentándose frente a frente conmigo.
-de… ¿de mi?-pregunte
-no, le decía a la lámpara-dijo con sarcasmo- ¡OH lámpara que interesaste eres! , si boba hablo de ti.
-OK, OK ¿Qué quieres saber de mi?
-Mm no se… ¿pasatiempos?
-bien-dije- de pequeña quería ser modelo, y estudiar en California volverme famosa modelando y posando, sonriendo a las cámaras, mi madre se empeño en sacarme todo eso, ella quería que aprendiera las tareas de ama de casa ¿ama de casa? No. Yo quería ser modelo.
-eso es curios porque-de un cajón de la mesa de noche saco una cámara- a mi me gusta fotografiar, quiero ser fotógrafo así que, posa para mi
Le hice una mueca.
-OH, saliste hermosamente horrenda
-y tu eres hermosamente entupido-“mierda” pensé, no quería decir eso.
Se sentó a mi lado.
-¿eso fue un halago?
-yo solo dije que eras entupido.
Estábamos cerca, muy cerca y pasó lo que yo no esperaba….
Me beso, me beso pero lo aparte.
-lo siento- me dijo-fue un impulso, es que eres tan…
Y sin pensarlo lo bese, me impulse tanto que caímos acostados en la cama, sentía sus manos enredándose en mis cabellos dorados y mis manos iban a través de su espalda, paramos y me miro, oh sus ojos eran tan bellos me sonrío y le sonreí.
-sabes-me susurro- comienzas a agradarme.
Me acerque a su oído
-oh, solo cállate y bésame.
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