Capitulo 32: ligera como el viento.

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Parpadee varias veces y mire alrededor, seguía en el lago, inhale aire y lo solté dejándome caer en el pasto. 

Mire hacia arriba, las copas de los árboles dejaban pasar rayos de luz muy tenues ya que debían ser, aproximadamente las seis de la tarde.

Cerré mis ojos, me pasaban muchas cosas que no entendía, que a los adolescentes normales no les pasaban…bueno en realidad no podía llamarme “adolescente” ya que ni siquiera era humana.

¿Cómo se lo tomaría Michael?  No lo sabia, pensó ¿Cómo seria si el le digiera que no era, en realidad, humana?

Y, mal.

Mejor no se lo diré, me evitare problemas.

Tenia muchas preguntas que hacerle a esa mujer-reina-cuiza para empezar ¿su madre era cuiza? ¿Cuál era su misión? ¿Cómo usar su “poder” sin dañar a nadie?

Quizá sus ojos no solo brillaban y hacían eso, capaz que tenía otras habilidades.

¿Si tenia bebes, serian cuizas? ¿Podría casarse?

Me senté de golpe. ¡¿En que pensaba?! Bebes, casarse… ¡seguía teniendo 15 años!    

Recordó que ella quería tener una fiesta lujosa en un gran salón rodeada de globos, luces de colores y tener su vestido blanco de princesa…

Bueno, ahora tenía un vestido blanco, pero no de princesa, de cuiza.

Meses mas tarde de las suplicas se desato el caos y su madre se fue, cabe aclarar que no regreso.

Lo recuerdo perfectamente, en mi cumpleaños, vino un hombre a decirme que a mi madre le habían disparado.

Desde ese día no quise cumplir más años.

 Moví la cabeza queriendo espantar recuerdos  dolorosos y me pare.

Mi cuerpo se reflejo en el agua cristalina del lago.

El vestido blanco hasta los pies, la corona de flores y los zapatos de cristal...

“a Michael le gustaría este vestido”

Un momento.

Salí disparada entre los árboles ¡había salido corriendo sin avisar a nadie! ¿Si me habían dejado varada en medio del bosque?

Perdí mis zapatos en el camino y el pelo se me pegaba a la nuca del sudor…

(Narración: Michael)

 La taza con café caliente volvió a llegar a mis manos, sentado en la parte trasera del camión manteníamos una animada charla. 

-yo creo que aprenderé lucha, combate cuerpo a cuerpo, si algún tipo se mete conmigo de nuevo creo que estaré súper lista-decía Wanda.

-yo creo que me iré con mis tíos, no los e visto en años, supongo que sabrán localizarlos.-dijo shailine - ¿Mike tu que piensas?

No le respondí, pensaba en otra cosa.

-¿Mike?- dijo Wanda

-¿eh? Perdón, ¿Qué decías? 

Wanda río.

-creo que Aline te voló la cabeza

-justamente estaba pensando en ella…

-¡ja! ¿Ves? Lo sabía-dijo hablándole a Shai- el amor te vuelve tan estupido…

-¡no es eso! –Dije- ¿Aline no se fue hace rato ya?

Wanda y shailine se miraron-

-a decir verdad tienes razón-dijo shailine

-debe andar vagueando por ahí, ella se pierde del café-dijo Wanda quitándole importancia.

Hice una mueca y baje del camión.

-¿A dónde vas? –dijo Wanda

-a buscarla.

Empecé a ir hacia el bosque pasando bajo las copas de los árboles cuando una figura paso como una ráfaga de viento a mi lado.  

Me detuve en seco.

-¿Aline?

-¿Michael?

Corrió hacia mi, tenia un vestido blanco y una corona de flores también blanca, le quedaban hermosos pero ¿de  donde las había sacado?

-¿Dónde estabas?-le reproche

-larga historia

-¿y ese vestido?

-larga historia

-tengo tiempo

-no lo creo- dijo y me dio un pequeño beso en los labios, sonreí y pase por alto el vestido y la corona extraña…    

Emily nos hacia señas para que nos acercaremos.

-¿viste que solo vagaba por ahí? Te lo dije-dijo Wanda

-¿y ese vestido? –dijo shailine

Antes de que Aline digiera algo dije:

-larga historia. 

-awww se terminan las frases que romántico-dijo shailine.

Emily nos llamaba nuevamente

-creo que hay que ir-dije.

-bien-dijo-ahora que estamos todos, es hora de ir a nuestro próximo destino: Stella. Suban a los camiones y vamos.

Aline, Wanda, shailine y yo  íbamos en  el asiento trasero con Emily al volante y el otro hombre de nombre Christian en el asiento del acompañante.

Aline me apretó fuerte la mano cuando el camión empezó a arrancar, dejando a lo lejos la North house y con ella nuestro antiguo estilo de vida.     

“Cuando la vida te golpea duro lo único que haces es levantarte mirar al frente y seguir caminando” decía mi padre, que al recordarlo el pecho se  me lleno de angustia y de recuerdos que seria mejor olvidar…

                                       -FIN-

   

De la primera parte. 

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