Podías elegir a la muerte.
Podías elegir a la vida.Blanco o negro, pura o sucia, no había intermedio, no existía la tregua.
Los dos seres necesitaban elegir a un aprendiz para poder que el ángel este a salvo, de cualquier mal, del ser más horrible de todos.
Al ser el aprendiz elegido, su ama irá al lado contrario sin objeción. Estaba escrito en el destino.
Si tomabas luz, tu maestra sería oscura y viceversa, era una decisión de sacrificio.
¿Qué es más importante querida criatura?
¿Bien ajeno o el bien propio?
Había una silueta con máscara de calavera que se acercaba al niño, no parecía de confianza, de seguro si lo elegía a él, sería un infierno, pero por el otro lado, estaba la vida, un ser fresco de benévola expresión que le invitaba a pasar un rato, probablemente agradable.
El ángel se oponía a dejar a su bebé, a su familia con alguna de estas dos bestias, era discutible pero inevitable, totalmente irremediable.
El joven decidió torcerse, no tomar en cuenta su futuro e ir por el camino oscuro, pues su ama merecía un poquito de luz.
Solo queda perderse en el camino...
Él necesitaba poder.
Poder para proteger a su ama y madre del mal, del monstruo final.
Y es por eso...
Que se metió a la boca del lobo.