Enamorando a una nerd.

Cap 31.

Pude dormir más tranquila. Me desperté y noté que Max no estaba en la habitación y me Asusté, por lo que salí a buscarlo.

Cuando llegué a la recepción lo encontré acostado en el hombro de Rebeca, FANTÁSTICO. Traté de no hacer ningún ruido para que ni me oyeran, pero justo cuando me iba, escuché mi nombre.

—Si, Jessica me ayudó y me siento mejor —dice Max.

—Te veo muy cerca de esa chica ¿eh?

—Por favor, no empieces, sabes que no estoy interesado en ella —dice molesto.

Al oír eso algo en mí se rompió.

—No parece, todo el tiempo estás detrás de ella ¿no se supone que es tu ex?—pregunta cruzándose de brazos.

¿Tanto alboroto por mí? Cielos, me sentí como famosa, como una celebridad.

—A ver, que tengo que hacer para que entiendas que Jessica sólo es pasado, me reclamas que siempre estoy con ella, ¿pues que quieres? Comparto habitación con ella, no voy a dormir afuera porque tu no puedas controlar tus celos. Y ya hablemos de otra cosa —dice Max molesto.

—No es para que te pongas así muñeco— dice Rebecca pasando su mano por los labios de Max.

Entonces. Max se olvidó de mí, ya no tiene interés en mí y anda con Rebecca, que hermoso todo.

Fui a la playa con Natalia y le expliqué lo sucedido.

—Pero que tarado Max —dice molesta.

—Si, de verdad pensé que todo se había arreglado.

—¿Te doy un consejo? Tienes que olvidarte de él.

—Lo sé, pero es difícil amiga.

—Hablando del rey de Roma —dice mirando a Max correr hacia nosotras.

—¡Natalia! Jack te espera en la recepción.

—Okay. Nos vemos amiga —dice sin mirar a Max.

No quería hablar ni quedarme con él, así que empecé a caminar.

—¡Oye! Un "hola" no vendría mal —dice tomando mi brazo.

¿Tanto le encanta mi brazo?

—¿Un adiós te viene bien? Porque a mí sí —digo soltándome y vuelvo a caminar.

Pero el no se detiene y vuelve a tomar mi brazo, pero esta vez más fuerte, haciendo que solo queden centímetros entre su nariz y la mía.

*CORAZÓN ACELERADO EN 3, 2, 1*

—¿Se puede saber qué te pasa?—pregunta serio.

—Nada que te importe —digo tratando de separarme de él, pero es inútil.

—¿Te hice algo? ¿Me podrías decir?—pregunta molesto.

—Desde... ¿desde cuando te preocupo tanto?—pregunto nerviosa.

—Deja tus estupideces y dime.

—No son estupideces y no, no te tengo que explicar nada, además ¿por qué te importa tanto si soy parte de tu pasado? —digo logrando soltarme e irme.