Capítulo 5

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De querer prestar atención en clase, pasé a no darle importancia, pues el tema de Daniel me tenía totalmente anonadada. Y yo estaba allí, sentada en aquel pupitre justo en medio del salón, rodeada por todos mis compañeros, los cuales prestaban atención, mientras otros solo miraban a la nada deseando que la clase terminara. 


El timbre retumbó justo en mis pensamientos provocándome un pequeño sobresalto.

—¿Estás bien? –preguntó la rubia que había justo al lado de mi, mientras se encargaba de acomodar los libros en su bolso. 


Ya habían pasado 30 minutos, los cuales parecieron solo 5 para mí.

—Lo estoy —sonreí forzosamente mientras imitaba su acción.


El profesor daba unas últimas indicaciones a las cuales no puse atención por el hecho de que aún me encontraba abrumada por lo sucedido. El salón se empezaba a vaciar cuando mis compañeros salían para dirigirse a sus respectivas clases.


Tomé mi mochila y caminé por el largo pasillo de la universidad para dirigirme a mi siguiente clase, contabilidad. Nunca se me habían dado mucho los números, lo cual es ilógico, pues estar estudiando una carrera la cual lo requiere no es muy recomendable para alguien como yo. 


En los casilleros del lado derecho observe a Adam mientras sacaba unos libros de éste. Me acerque tímidamente, pues no habíamos hablado desde la vez que lo encontré en el hospital. Lo vi un poco apresurado así que decidí pasar de largo sin decir una sola palabra.


—¿Alix? –escuché su voz a unos metros detrás de mí, no evité sentirme nerviosa pues había notado que trate de conversar con él, y por cobardía no lo hice. 


—¿Sí? –pregunté mientras me giraba para verlo directamente a la cara. Él se acercó lentamente hacia mí, mirándome directamente y observando cada detalle de mi rostro. Logré notar ternura y tristeza en el suyo, como si verme le doliera—. ¿Adam? ¿Estás bien? –volví a preguntar, porque si pasaban algunos segundos más, él probablemente dejaría caer algunas lágrimas por su rostro.


—Lo estoy –por fin habló, y cuando lo hizo estoy segura que se tragó el nudo que se le había formado en la garganta hace apenas unos segundos.


—¿Necesitabas algo? –ahora pregunto él.


—Respecto a Daniel... —pausé al notar que su rostro se puso tenso, al parecer hablar de él no era de su agrado–. Olvídalo, son tonterías. –Una risita salió de mí para apaciguar el ambiente. 


—Tengo que ir a clase –me respondió mientras observaba el salón detrás de mí en el cual algunas personas entraban para tomar su clase–, pero podemos salir hoy en la noche a tomar algo –caminó rápidamente a su salón–, a las 9:00 en Tony's –gritó mientras entraba por aquella puerta con el número 11 justo en medio de ésta.


Me quedé unos segundos asimilando que me había invitado a salir, y cuando caí en cuenta el pasillo se encontraba completamente solo. A paso veloz caminé hacia el salón, para mi suerte el profesor aún no llegaba, bendecí por eso, pues nunca me gustó llegar tarde a las clases. 


La última hora había terminado, por fin era fin de semana, en los rostros de todos se podría apreciar que era viernes, incluso podías escuchar a algunos hacer planes para salir este viernes y sábado en la noche, justo como lo haría yo hoy con Adam. 

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