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Era sábado, ya era semana que no veía a Milo. Pero si le veía en el comedor, tanto como en el desayuno, almuerzo y cena. Era algo molesto, desde que lo vi chocabamos en todas partes y para que decir en las clases, me tocaba casi todo el día junto a él.

Pero luego de esta semana él no se me cruzaba por mi camino o me hacía algún comentario, desapareció. Y me daba algo de miedo, sentía que le había pasado algo malo, abrí mi laptop ya que no tenía nada que hacer. Como pude abrí mi Skype antiguo, y me dio algo de nostalgia.

Aún tenía los mensajes de Milo diciéndome que amaba cada día y que nunca me iba a olvidar, lo primero que vi fue a él con su novia de foto de perfil él me olvido, y eso estaba muy claro. Mi corazón tenía un dolor tan grande que yo no sabía que hacer, lo único que hice fue llorar tanto que mis ojos dolían demasiado.

Tome el celular para ver que llamaba mi padre, no quería contestarle, el pensaba que yo seguía en California con mi madre. Ignore la llamada para mirar la hora iba a tarde ya al club de cómics. Tome mis cosas para salir de mi habitación y en unas de las habitaciones más estaba Holiday, la novia de Milo con él.

Ambos se estaban besando mientras que esta le abrazaba, Milo se veía feliz y sentí que yo debía serlo aún que sea sin él, mi felicidad no debería depender de un chico si no, de mi misma y eso haría. Milo me miro, mientras que yo pasaba con rápidez, cruce el pasillo para luego apoyarme en la pared, mis lágrimas caían. Me seque mis lágrimas para luego seguir mi camino, el club estaba recién comenzando y Elize estaba en el de teatro. Y por lo que vi estaban en el campus, y estaban ensayando para la próxima obra.

Elize tenía una gran voz pero nunca le daban el protagonismo ya que tiene crisis de pánico, canta muy lindo pero en cuanto me vio, se puso rojiza y salió a esconderse al baño.

—Sydney, te buscan. —Comentó el profesor, mientras que yo paraba para ver quién era.

Al salir del salón era Milo, no sabía para que me buscaba pero tenía los ojos totalmente llenos de lágrimas, me preocupaba.

—¿Qué, que ocurre?

—Ann, Ann tuvo un accidente.

Dijo llorando, quede totalmente en shock para ir en busca de mis cosas y decirle a Milo que fuéramos al hospital a verla, Ann no pudo a ver tenido un accidente. Ella no era despistada o alguien que quiera hacerle daño, todos querían a la pelirroja. Salimos corriendo de la universidad junto a Milo y nos subimos a su auto, me estaba preparando mentalmente para que lo que pudiera pasar, vería a Mike, Matheo o Alice. Y me daba de alguna manera miedo, como me daba miedo volver a mi padre y a su hija Alison, me daba totalmente miedo volver nuevamente al pasado y que todo me hiciera daño.

Al llegar al hospital, como pude me baje del auto para ir corriendo a la recepción.

—Ann Blake. —Dijo desesperada.

—Ella esta cirugía, le sugiero que primero se tranquilice. —Me comentó la enfermera.

—¿Cirugía se encuentra en el tercer piso? —Pregunté, pero esta no me respondió. Golpeé el mesón, para verla como asentía.

Subí las escaleras, no sé como pero al fin había llegado al tercer piso comencé a correr nuevamente para ver a los padres de Ann mirando desde la ventanilla lo que le hacían a su hija, me acerqué para ver a la pelirroja llena de máquinas y llena de manos para ver si esta respiraba. Mis lágrimas salían sin más, tenía tanto miedo de que algo malo pudiera sucederle a la pelirroja.

El doctor, negó con la cabeza.

Esta no podía estar pansando, no era una broma. La madre de Ann soltó un grito, mientras que su esposo la consolaba, me caí sin antes sentir los brazos de Milo al rededor de mi cintura, le miré totalmente destruida. Este estaba igual que yo, el doctor salió.

—Familiares de Ann Blake, no pudimos hacer nada su hija falleció, hoy sábado a las cinco y media de la tarde.

Solté un grito mientras que miraba a Ann desde la ventinilla, no podía estar pasando, menos a mi mejor amiga. Ella era lo único que me hacía feliz, aún que no habláramos ella me conocía como yo a ella y perderla me hacía mucho daño.

( . . . ) 

La tarde paso, la madre de Ann aún no podía creerlo estaba tan afectada como yo. Me senté al lado de la máquinas de bebidas recordando a Ann y como me hacía feliz estar con ella, mi mejor amiga ahora estaba muerta.

Milo llego a mi lado con una Coca-Cola, la acepté mientras que este se acomodaba a mi lado, Ann era muy amiga de nosotros pero aún así, estar con él me dolía.

Me dolía por que él ya no me amaba y sentí que sólo estaba ahí por que no quería verme mal, pero al parecer no era verdad. Me abrazo, con sus cálidos brazos que antes me hacían feliz y como ahora me hace feliz, sentir su respirar en mi coronilla y sentir su olor me hacía feliz.

Lo extrañaba y yo sólo lo estaba negando.

Mis mejillas se pusieron rojizas al recordar los momentos lindos junto a él, le miré, le di una calida sonrisa y este me la correspondió. Sus lindos ojos avellanas me hacían tan feliz y tan bien.

—¿No te volverás a ir o si? —Preguntó este.

—No. —Respondí.

Milo se iba a acercando cada vez más a mi, nuestros labios estaban cada vez más juntos que pensaba que si me movía un poco nos besaríamos, y extrañaba sus labios tanto que sólo quería hacerlo.

—¡Milo Manheim! —Gritaron a lo lejos.

Esto estaba poniéndose algo feo.

broken heart - ❝ milo manheim ❞ [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora