Miraba a Milo, era un día normal.
Un día lindo y primaveral, las flores salían mientras que sol pegaba ni tan fuerte, Milo estaba en el cesped verde junto a mi, rodeados de flores mientras que me hablaba de lo mucho que eramos felices.
—Sydney, ¿quieres casarte conmigo? —Preguntó tímido.
No podía creer lo que estaba pasando, Milo estaba pidiéndome que fuera su esposa, el amor de su vida y de las próximas vidas. Aún que todo fuera tan real, tan lindo y tan felices.
—Sí, Milo.
Respondí, Milo sonrió mientras que daba un gran grito de felicidad diciendo que estaba tan enamorado de mí, y que eso nunca iba a cambiar y para que decir lo feliz que estaba yo, de ser su novia y más que su simple novia.
Y como si fuera una clase de magia linda, recordé todos los lindos momentos junto a él.
El primer día que llego al colegio y tuve que darle un tour, o cuando me enviaba mensajes, cuando llego con rosas para despertarme y fuera un poco más feliz.
Cuando se me confesó en una salida de amigos, en la rueda la fortuna. Cuando empezamos a salir y no me dejaba ni un segundo a sola, cuando se tuvo que ir y se fue a quedar a mi casa para cuidarme.
Me dejo un peluche gigante y una nota, las interminables llamadas en las noches, los lindos mensajes diciéndome lo mucho que me amaba.
Cuando se quedaba conmigo a dormir y me hacía comida, ¿tanto amaba a Milo Manheim? Sí, desde que fuimos novios las cosas empeoraron pero estaba tan feliz de tenerlo a mi lado y fueron los meses más lindos a su lado.
Teníamos tantos recuerdos juntos que de un momento pensé que todo era irreal y lo era, necesitaba despertar.
( . . . )
Desperté en algún lugar en el bosque, llena de árboles viejos, mi cabeza dolía de tanto que no sabía ni en donde estaba, me sentía desorientada mientras que buscaba a Elisa o Milo.
Pero me encontraba sola, mientras que mis piernas dolían. Nunca había visto este bosque, ¿donde estaba? De seguro a las afueras de Portland y eso me asustaba, no se escuchaba ningún grito o algo y eso no me gustaba para nada.
Me puse de pie comenzando a caminar desorientada por cualquier lugar, los árboles algo viejos sonaban mientras que los pequeños animales hacían de las suyas y eso me ponía los pelos de punta.
—¡Ayuda! ¡Por favor, ayuda! —Se escuchaban los gritos de Elisa.
Comencé a correr mientras que mis piernas dolían con tanta fuerza, al verla esta soltó un sollozo mientras que Milo estaba en el piso malherido, lleno de cortadas mientras que un viento caliente comenzaba a pasar por mis mejillas y olor a humo invadió mis fosas nasales.
—No lo puedo creer, está maldita perra está quemando el bosque —Comenté mientras que me acercaba a Elisa y la ayudaba con Milo.
—¿Qué haremos?
Ni yo sabía, solamente comenzamos a caminar pero era muy difícil ya que Milo era un total peso muerto, inconsciente y mis piernas dolían más de lo que podía soportar a lo lejos se veía una camioneta negra corrimos con velocidad y al rato ya estábamos allí.
Dentro de ella se encontraba Holiday y esta solamente nos ayudo a subir a Milo mientras que la risa de Irene se escuchaba por todo el lugar.
—Escúchame, Holiday —Le miré —Vete lo más lejos que puedas de aquí, busca el hospital más cercano, ayuda a Milo en todo y a Elisa.
—¿Y tú? —Preguntó desconcertada.
—Yo... yo estaré bien —Sonreí.
—¿Sydney? ¿Dónde estás? —Gritaba Irene.
—Vete, rápido.
La chica asintió para arrancar el auto mientras que miraba como se iban, sin mi.
Con que Milo estuviera a salvo y feliz para mi era más que suficiente, Irene llego corriendo a donde estaba para mirarme con esa mirada maniática que tenía, me daba miedo por donde la mires y eso odiaba demasiado verla en ese estado.
Tenia una rama llena de fuego mientras que sus espaldas se veía el fuego comerse los árboles, mientras que ella simplemente me miraba y a mi cada vez mis lágrimas salían.
Pero no eran de pánico o de miedo, era de felicidad de los lindos momentos vividos junto a Milo y de todo lo lindo que habíamos pasado juntos, y para que decir lo feliz que estábamos ambos.
Y pedía que en otro vida volver a encontrarme con él y poder así, tener nuestro lindo final feliz que siempre esperamos juntos.
—Siempre soñé con este momento —Comentó, la pelinegra —Tú llorando rogándome por tu vida.
—Sigue soñando, eso no pasará.
Ella me miró llena de furia mientras corría hacía mi, llena de rabia, llena de resentimiento por todo lo que estaba corriendo.
—Te amo tanto, Sydney Johnson —Escuche la voz de Milo.
Sonreí.
—Y yo te amo tanto, Milo Manheim —Comenté.
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broken heart - ❝ milo manheim ❞ [TERMINADA]
Fanfic¿Sydney podrá olvidar a su primer amor? Todo comenzó totalmente rápido y termino rápido, Sydney no puede escapar de su pasado. ➳ historia totalmente mía. ➳ derechos reservados. ➳ prohibida su copia u/y adaptación.