Capítulo 19 Dedos y pulgares

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Cuando Gerard despertó temprano la mañana siguiente no pudo soportar dejar los brazos de Frank. Estaba caliente y contento, y se sentía totalmente completo entrelazado con el cuerpo de su amante. Sonrió para sí y frotó su cabeza sobre el cuello de Frank, susurrando suavemente que necesitaba ir a trabajar, pero sin importar lo mucho que intentó convencerse de moverse no pudo hacerlo. La idea de tener que ir a New York y luego tener todo un día de trabajo era demasiado desalentadora. Todo lo que quería era quedarse con Frank y dormir toda la mañana.

Obligándose a salir de la cama, fue al baño para tomar una ducha e intentar despertarse. Se estaba enjuagando lo último del champú de su cabello cuando unos brazos mañosos envolvieron su cintura y unos labios acariciaron su nuca. Brincó de sorpresa al principio pero luego sonrió para sí, exhalando lentamente cuando sintió la polla de Frank, ya medio dura apretándose contra la curva de su trasero.

"¿Frankie?" Ronroneó, echando la cabeza hacia atrás y suspirando de deleite cuando Frank besó y mordisqueó ansioso la longitud de su garganta. Sus manos acariciaban a lo largo de su pecho, jugueteando con sus pezones y haciéndolo gemir suavemente. Podía sentirse a sí mismo despertar más, aunque se quedó relajado y sonrió tranquilo. "Tengo que irme en media hora, cariño..."

"Puedo ser rápido." Frank sonrió burlón, balanceando las caderas suavemente contra su trasero para frotar su polla contra él. Su erección estaba creciendo en toda su longitud y la propia polla de Gerard se animó por la sensación. Empujó hacia atrás suavemente y gimió de placer cuando Frank no perdió el tiempo y deslizó sus manos por su estómago para agarrar su semi erección y acariciarlo para llevarlo a una erección dolorosa.

"J - Joder..." Suspiró, arqueándose más contra él y empujando las caderas hacia su puño que lo bombeaba lentamente. "Frankie... Nene, te amo." Sonrió suavemente, Frank lo volteó con facilidad para clavarlo contra la pared de la ducha y sofocar sus labios en un acalorado, pero de alguna forma tierno beso.

"Te amo, Gee..." Suspiró, gimiendo mientras lo besaba largo y profundo, la lengua probaba su boca y lamía su paladar. Gerard gimió cuando los recuerdos vívidos de la noche anterior nadaron hacia su mente, la forma en que Frank con tanta experiencia lo lamió, y gimió hambriento sobre su boca. Dios, quería sentir eso de nuevo. Quería sentir mucho más que eso.

"Frankie... Nnghh... Frank, Dios, yo..." Su polla empezaba a pulsar y sacudirse tan fuerte que Frank fácilmente podía sentirla contra su muslo y sonrió, escuchando la petición no hablada en la voz de Gerard y retrocedió ligeramente, jalando de su labio inferior con los dientes.

"¿Qué pasa, nene?" Ronroneó, el agua caliente de la ducha llovía sobre ellos y les hacía brillar la piel. Su cabello estaba aplastado en sus frentes y sus nucas, y Frank realmente esperaba que Gerard estuviera intentando pedirle lo que pensaba que era. La noche anterior había sido increíble para ambos, y rezaba porque haya hecho un buen trabajo, lo suficiente como para que algunos de los miedos de Gerard sobre el sexo anal hayan desaparecido. No iba a presionarlo más, quería que él decidiera por sí mismo de ahora en adelante exactamente qué tan lejos irían cuando se tratara de su cuerpo.

Gerard resopló contra su boca, gimiendo débilmente y empujando las caderas hacia adelante para que su polla se deslizara contra el húmedo muslo de Frank. Podía sentir el calor radiando de su propia erección y una parte de él quería sólo unirlos y frotarse con fuerza uno contra el otro hasta que se corrieran. Pero luego una parte más grande de él quería algo más íntimo que eso. Consideró preguntarle a Frank si creía que podrían tener un polvo rápido antes del trabajo, pero por más que amara follarlo la idea no hizo palpitar a su polla ni la mitad de como cuando se atrevía a pensar en la noche anterior.

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