Capítulo 21 Hablando del rey de Roma...

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Gerard suspiró y ronroneó ligeramente mientras empezaba a estirarse. Lo primero de lo que fue consciente fue del dolor en su cuerpo que se centraba en su trasero, palpitante y ardiente hasta que solo quiso hacerse bolita y esconderse. Al principio solo pudo concentrarse en el hecho de que dolía, de verdad dolía; pero luego mientras empezaba a despertar más, empezó a doler menos al ir recordando por qué dolía para empezar, y lo que había hecho la noche anterior.

Sus párpados revolotearon con pesadez, se obligó a despertar propiamente y ver a Frank. Sabía que estaba ahí, podía sentir su calor a su lado y cuando logró abrir los ojos, el roce de una suave mano encontró su camino hacia su mejilla, acariciando suavemente para traerlo a la tierra de los vivos.

"Mmm... ¿Frankie?" Susurró, su boca seca y la garganta ronca. Se sentía como si lo hubiera golpeado un camión. "¿Eres tú?"

"Claro." Frank respondió en un susurro, y cuando finalmente logró abrir los ojos, vio al más joven sonriendo, provocando que sus labios se alzaran de las comisuras. "¿Cómo te sientes? Son solo las seis am, ¿sabes? Me sorprende que estés despierto." Frank rio suavemente. Solo había tenido unas cuantas horas de sueño, y luego solo se quedó mirando a Gerard con adoración tan pronto hubo suficiente luz para ver. La habitación era de un gris acuoso por la oscuridad encendida, era como si estuvieran atrapados en una película en blanco y negro. Pero a Frank no le importaba.

"Me sorprende estar despierto también." Gerard graznó, bostezando y estirando sus extremidades adoloridas. No era sorpresa que se sintiera como mierda si tan solo eran las seis am. Eso era temprano incluso para sus estándares laborales. "¿Qué estás haciendo despierto?" Preguntó en voz baja, su voz sonó un poco menos demoniaca ahora que se había aclarado la garganta. Frank rio y se encogió de hombros, todavía acariciando con el pulgar a lo largo de su pómulo.

"No podía dormir..." Se encogió de hombros, acercándose más a Gerard y sonriendo mientras entrelazaba sus piernas. "Te veías tan tranquilo durmiendo... Solo quería verte."

"Wow, Frankie, eso es un poco raro." Gerard bromeó, aunque su corazón dio un vuelco con adoración. Le encantaba que Frank haya querido verlo dormir, y en realidad no lo encontró raro en absoluto, pero sintió que sería raro para él mostrar cómo se estaba derritiendo en su interior.

"Como sea." Frank se burló, agitando la mano con ligereza antes de volver a sonreírle. "¿Cómo te sientes, por cierto?" Preguntó, su voz más tranquila ahora y alejó la mano de la mejilla de Gerard para acariciar su brazo.

"Un poco adolorido." Gerard admitió en voz baja, sonrojándose. "Pero es normal, ¿cierto?"

"Totalmente normal." Frank asintió, sonriendo cálidamente a su amante mientras le acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja y besaba suavemente sus labios. "Cuando te bañes te sentirás mucho mejor... ¿Quieres que te dé algunas pastillas ahora?" Ofreció suavemente, ansioso de cuidar a Gerard y hacerlo sentir increíble después de lo asombroso que lo había hecho sentir anoche. "Estuviste increíble anoche, por cierto." Añadió con una sonrisa descarada, haciéndolo sonrojar.

"Gracias." Rio, su corazón dio un vuelco y deslizó un brazo por la cadera de Frank un momento. "Aunque creo que sí necesito unas pastillas. Y tal vez algo de café." Suspiró, obligándose a sentarse y estirarse. "Iré contigo."

"No, quédate aquí y relájate." Frank ordenó rápidamente, sonriendo mientras se ponía de rodillas y lo besaba rápido, lleno de energía como nunca. "¿Seguro no necesitas dormir más?" Rio por el bostezo de Gerard.

"Nah. Ahora que estoy despierto tal vez me quede así." Gerard sonrió, decidiendo que quería pasar la mayor parte del día con Frank. Podían pasar la mañana solos y juntos hasta que Bert despertara, luego tal vez podrían ir a algún lugar en el día. Solo Dios sabe que Bert necesitaba un día fuera. "¿Seguro no quieres ayuda?" Rio al ver a Frank contonearse desnudo por la habitación para tomar prestados unos pants para ir a la cocina.

Cigarettes And SassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora