Capítulo 4 Lo que pasa en La Vegas...

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Gerard no estaba seguro de cómo es que se encontró quedándose un día más en Las Vegas. Un día más que en realidad no podía costearse... Debió haberle dicho que no a Frank. Debió haberle dicho que era crucial que estuviera en el trabajo a tiempo la mañana del lunes, y que lo lamentaba mucho pero no podía pasar otro día en la ciudad iluminada. A este paso iba a perder su oportunidad de lograr un trato para una caricatura al llegar a su trabajo ridículamente tarde o aún peor, no llegar para nada el lunes.

Sabiendo eso, no impidió que Gerard llamara al aeropuerto y re-agendara su vuelo, a pesar del hecho de que su estómago diera vuelcos todo el tiempo que habló con la amable mujer al teléfono. Inventó una historia sobre una junta de negocios de emergencia en la ciudad y tuvo que pagar sólo una cuota mínima por cambiar la hora de su vuelo de nuevo, su mente le gritaba todo el rato que no fuera estúpido. Su corazón, sin embargo, estaba haciendo un baile feliz por la sensación de esto.

Tuvo problemas para dormir esa noche, todo su cuerpo lleno de una emoción nerviosa que lo hacía sentirse inquieto y un poco enfermo. No sabía cómo iba a sobrevivir todo un día con solo Frankie; una cosa era segura y es que tenía que asegurarse de que su cuerpo no se emocionara de más.

Sólo le quedaba un atuendo, el cual consistía en otro par de pantalones y una casual playera de Frankenstein, parecido a lo que solía vestir en la preparatoria. Había planeado usarla sólo en casa ya que era cómoda, pero tendría que usarla hoy también porque sería un suicidio para Frank verlo con el mismo atuendo dos veces seguidas... Pero los pantalones eran una combinación interesante, agradable y suelta pero igual entallaba la figura. Aunque ciertamente no serían buenos para esconder una inoportuna erección.

Antes de vestirse, se duchó, más que nada para poder masturbarse antes de vestirse. Realmente no tenía ganas, sólo sabía que si no lo hacía terminaría quedando como un tonto al final por tener una erección en un momento incómodo. Frank era demasiado hermoso, y demasiado seductor como para que Gerard no intentara saciar su deseo sexual antes de reunirse con él.

Después de salir de la ducha y secar su cabello, se sintió un poco menos nervioso. Incluso sentía que ese atuendo no se veía tan mal a pesar de su informalidad. Se alació el cabello y se puso delineador antes de considerarse aceptable para la vista pública y encaminarse a la recepción.

Mientras el elevador bajaba, Gerard respiró profundo y trató de prepararse para el día que se venía. Sabía que no iba a ser fácil, pasar el tiempo con Frank iba a ser asombroso y doloroso en dosis iguales. Por más emocionado que estaba porque iba a estar todo el día con él, aún se sentía en un estado de conmoción.

¿Por qué alguien tan maravilloso como Frank le pediría pasar el día con él?

Gerard seguía medio convencido de que todo esto iba a terminar siendo una cruel broma, y aunque no lo fuera iba a pasar sólo las siguientes horas haciendo su mayor esfuerzo para no hacer nada estúpido y muy probablemente fallar. No podía imaginarse este día terminando bien pero aun así se encontró saliendo del elevador como en aturdimiento, como una marioneta de Frank.

Gerard caminó por la multitud de personas que estaban alrededor de la recepción esperando a entrar a la expo del segundo día y se encaminó afuera donde había prometido encontrarse con Frank. Esta vez se había asegurado de llegar a tiempo, sin querer dar la impresión de que siempre llegaba tarde, pero Frank ya estaba ahí cuando salió al brillante sol de Nevada.

"¡Hey!" Frank sonrió alegre cuando lo vio, saltando hacia él y colgando los brazos alrededor de su cuello. Como siempre, Gerard se sonrojó y balbuceó ridículamente, envolviéndolo en sus brazos por instinto mientras su corazón tronaba erráticamente. Este chico iba a ser su causa de muerte.

Cigarettes And SassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora