| Capítulo 5 |

12 2 0
                                    

"Coqueteo"

Después de saludarnos mutuamente y los coqueteos de parte de Maito-san hablamos libremente el Hokage y yo merengues.

-- ¿Así es con cualquier mujer o soy la primera? --pregunté.

-- Es la primera vez que lo veo comportarse de esa manera.

-- Como sea.

-- Por favor siéntate. --dijo mientras se paraba de su asiento. Hice que retrocediera.

-- No, no, no, ¡no! Siéntate por favor, yo estoy bien aquí recargada. --volvió a sentarse y yo me apoyé en su escritorio a un lado suyo.- Pero gracias.

-- Como gustes.

-- Hokage-sama, ¿cuál es su nombre?

-- ¿Mi nombre? Mmm, mi nombre es Hiruzen Sarutobi.

-- Mmm, ¿te puedo decir Saru-sama? ¿O Sarutobi-sama? --pregunté tímidamente.

-- Me gustaría Saru-san o Hiruzen. Como quieras.

-- Oh. Saru-san! --dije sonriente.

-- ¿Qué quieres? --se mostró de un momento a otro muy distante y con repudio.

-- Etto... --dije con temor a contestar.

-- ¡Es broma! --dijo risueño.

-- ¡No me hagas ese tipo de bromas! --exigí haciendo pucheros y un poco emberrinchada.

-- Está bien Aikyū-chan. --dijo. Se había tomado la libertad de llamarme con el honorífico "chan". Me gustó como se escuchó. Me sentía como niña chiquiada por su abuelo. Nunca conocí a mi abuelo.

-- Saru-san, ¿Cómo es que puedes confiar en mí si a penas me conoces?

-- Es una corazonada. --respondió con una sonrisa de satisfacción. No comprendo.

-- ¿O sea que por solo una simple corazonada pones en peligro a tu aldea?

-- Tú lo ves de esa manera. En realidad no es así. Verás, en mi familia hemos estado esperando el momento de tu llegada. Debes de tener en cuenta que cuando llegaste tu pecho brillaba, venías de otra dimensión, no sabes manejar el chakra y no sabes a donde ir o que hacer.

-- Aah, cielos... -exclamé con pereza.

-- Pero no te preocupes, yo te enseñaré a como manejar el chakra. Serás mi alumna.

-- ¿Y como se supone que voy a aprender a usar eso?

-- El primer paso es la meditación.

-- Mierda, ya valí.

-- ¿Mmp?

-- Na-nada, Saru-san. --lo bueno es que lo anterior lo dije en español.

-- De acuerdo.

-- ¿Cuando iniciamos?

-- Hoy a las 9 de la noche.

-- ¿Tan tarde?

-- En el día sería, pero por mi trabajo no puedo. Además es más tranquilo y relajante hacer la meditación a la luz de la luna.

-- Como gustes, Saru-san.

-- Y dime, ¿que tal con tu compañero de vivienda?

"¡¿POR QUÉ ME PREGUNTAS ESO, VATO?! NO VES QUE ME QUEDÉ MEDIA TRAUMADA CON EL TORSO MUSCULOSO Y MORENAZO DE IRUKA-SAN?!" --eso fue lo que se me vino a la mente. Estaba empalizada con esa pregunta.

A Él Lo SoñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora