| Capítulo 9 |

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"El Regreso"



POV: Kakashi

Inicié el día como de costumbre. Hoy fue como esos días en que la soñaba; tierna, amigable, frágil de emociones, valiente y... y me acordé que era así la vez en que nos conocimos.

Respiré profundamente para después decir "¡cielos!". Cada vez que sueño con ella, despierto con una sensación extraña, mejor conocida como anhelo. Al final, aunque me cueste admitirlo, llegué a tener una amistad con ella.

Me paré de mi cama, ya era hora de iniciar el día. La tendí y me fui a duchar; aún duchando en la regadera no puedo dejar de pensar en ella. Su voz, sus gestos, su seriedad, su actitud tan tranquila, responsable y trabajadora al igual que su abnegación. Eso era lo más frustrante para mí: su abnegación, que se la pasara chillando todas las noches sin dejarme descansar bien, que chillar con sólo gritarle una vez, que fuera tan ingenua, que fuera tan tonta como para no darse cuenta de las malas intenciones de la gente, que fuera tan... ¡tan,... tan...!

Que fuera tan... vulnerable y... ¿amorosa?

Sí... creo que esa es la palabra. Amorosa. La razón por la que lloraba siempre --sin gritarle ni maltratarle-- era por eso, por amor. Extrañaba a su mamá. Cuando supe la razón de su llanto traté de hacerle entender que no le serviría de nada el llorarle a una persona que no estaba presente; le platiqué sobre mi experiencia con mi padre.

La idea de hacerle entender que no debía llorar por nadie fue fallida; tuvo un resultado invertido, por mí orgullo no me di permiso de llorar con ella pero ya no le dije nada más sobre aquel tema esa misma noche. Le ofrecí mi hombro para que llorara todo lo que quisiera. Me abrazó...

Salí de la ducha, me puse mi uniforme ninja de siempre y salí de mi departamento. Salí rumbo a la torre Hokage, quería ver si había alguna misión por realizar. Lo que más quiero en estos momentos es no recordar a la niña de 10 años que parecía de mí edad o la versión de 12 años que parece de 13. Era demasiado alta como para tener 10 años.

El sueño de hoy fue el más "pesado" y frustrante de todos. No puedo dejar de pensar en ella; hasta no tengo ganas de leer. Pareciera que estoy perdiendo la cordura.

-- Ohayo hozaimasu, Kakashi-sempai! --me saludó Iruka. Lo voltee a ver un segundo, iba acompañado de alguien

-- Mmmm, ..., ohayo. --le respondí. Fijando mi vista hacia enfrente, miraba hacia la entrada de la torre.

Paré en seco cuando me di cuenta de lo que sucedía. Ella... ella había regresado. Voltee hacia atrás para ver si volteaba o algo y, en cuestión de segundos lo hizo. Se exhaltó al ver que mi mirar estaba sobre ella y volteó su mirada hacia su camino. Pero, ella nunca ha reaccionado de esa manera, sólo cuando tenía contrastó visual con personas desconocidas. ¡Yo no soy ningún desconocido! ¿A caso no me reconoce o que sucede?

Yo también me exhalté y subí hacia la Torre del Hokage corriendo despavoridamente.

Abrí la puerta de la oficina.-- ¡¿Quién era la persona que acompañaba a Iruka?!

-- ¿Kakashi... te sientes bien o al menos cuerdo? Tú nunca entras de esa manera tan abrupta a mi oficina.

Me estaba hiperventilando. Enserio, no podía creer que Amanda haya regresado, ¡tal y como lo prometió!

No contesté ni una sola palabra.-- Bien, si quieres que te diga que es Amanda pues te lo diré. --hizo una breve pausa-- Kakashi, tal y como me lo dijo el Cuarto, Amanda regresó.

Si mis ojos ya estaban más abiertos que un umbral con la puertas desbloqueadas, pues ahora estaba más.

-- Kakashi, necesito que no trates a Amanda como una persona ala que ya conoces.

A Él Lo SoñéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora