-- Mi nombre es Yūhi Kurenai.
-- Gusto en conocerla. --sonreí con los ojos como es de costumbre.
-- ¿Eres nueva en la aldea?
-- Huh, sí. Soy extranjera.
-- ¿Y qué te trae por Konoha?
-- Ehh... --mi procesador Intel no sabe que responder. Je je...--, bueno, son cosas personales. Bastante... emocionales. --la mejor excusa del mundo; agaché la mirada como si se tratase de algo delicado. Al fin y al cabo no estaba mintiendo.
-- Oh, disculpa. No debí ser tan directa. --dijo arrepentida.
-- No se preocupe señorita. Es sólo que... recuerdo la situación que aún no logro quitarme de la cabeza.
-- Vuelvo a pedir disculpas, Amanda... ¿san?
-- Oh, no importa. --dije mientras limpiaba una lágrima que provoqué que saliera de mi ojo derecho y recorría mi mejilla del mismo lado.
Me merezco un Oscar a mejor actuación semi-inecesaria del año.
Y en eso se abre la puerta, y este deja revelar la visita de dos personas: Saru y otro sujeto.
-- Buenos días, señoritas. ¿Cómo amanecieron? --dijo un amable y caballeroso Hiruzen.
-- Buenos días, Hokage-sama. Estoy un poco mejor, gracias por preocuparse. --dijo Kurenai sentada en la camilla. Saru fijó su mirada en ella mientras que ella le respondía. Tan lindo como siempre.
-- ¿Y tú, Amanda-chan? --volteó a verme.
-- Ah, Hola, DIGO, ohayo hozaimasu, Hokage-sama! --dije rápidamente apenada. El rió y yo levemente me enfadé mientras que pegaba mis piernas a mi pecho y sobre estas reposaba mis brazos cruzados. Ah sí, también fruncí la boca.
Kurenai se mantuvo seria, y el otro sujeto no comprendía la charla. En ese ratito que pasó entró una enfermera con una silla de ruedas.
-- Está bien. --finalizó.-- Asuma, te presento a Shine Amanda.
-- Buenos días. Yo soy Asuma Sarutobi.
-- ¿Sarutobi? --cuestoné
-- Sí. --respondió Saru poniéndose a la par de Asuma.-- Él es mi hijo.
-- Oh.
-- Asuma, por favor, ayuda a mover a Amanda a la silla de ruedas.
-- Sí. --y acató la orden. Delicadamente me cargó y me ubicó en la silla.
-- Arigato.
-- Nani mo.
-- Bueno, si nos disculpan, iremos a dar un recorrido al patio. Con permiso. --dijo Hiruzen tomando las empuñaduras de la silla y dirigiéndose a la puerta mientras que la Yūhi y Asuma se limitaban a asentir.
-- ¿Qué me sucedió?, ¿por qué estoy hospitalizada? --cuestioné.
-- Cuando bajemos al patio te explicaré todo lo que quieras.
-- Íbamos por el pasillo de mí habitación y al final se podía ver un ascensor. El ascensor no era de esos modernos con botones y equipo de sonido (bocinas e intercomunicador), más bien, era de esos que se arrastran unas rejas o puertas de acero, como las de la película "Titanic".
Entramos, habia un encargado que era para subir o bajar una palanca que había en la esquina derecha a un lado de la puerta; dependiendo a que piso queríamos ir.
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A Él Lo Soñé
FanfictionGuerra, dimensiones, cosas extrañas y un mandamiento que debe cumplir para poder ser feliz... o al menos eso es lo que piensa ella. Acompañame a ver está triste historia... ALV compa :'v A PARTIR DEL CAPÍTULO 8 INICIA LO BUENO... :3 Escrito por...