Cuatro.

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JUNGKOOK






-Estás apurado por salir de aquí hoy.

Me volví hacia el sonido de la voz mientras Kim Taehyung se sentaba junto a mí. Los dos éramos meseros del mismo restaurante de la esquina que quedaba justo en la linea de lo bueno y malo de la ciudad. Yo estaba en una parte de la carretera y él de la otra, pero nos llevábamos bastante bien, y si yo hubiera sido del tipo de tener amigos, le hubiera considerado uno. Él era amable conmigo, no se metía en mis asuntos, siempre estaba dispuesto a cambiar de turno conmigo si la escuela o mi otro trabajo llamaban, y no tomaba mierda de nadie. Y no era porque claramente tenía dinero, sino porque era bueno y amable y el restaurante estaba lo suficientemente cerca a ambos mundos lo que hacía a la gente pensar que era fácil de ligar. Estaban equivocados.

-Lo estoy. -Estaba haciendo lo que faltaba antes de que se acabara mi turno y había dado mis dos últimas mesas a una chica nueva. Odiaba perder dinero, pero encontrar a Hoseok era lo que me importaba más que todo, y podría quedarme sin agua caliente por un mes si eso es lo que tomaba encontrarlo.

-¿Tarea? -Solamente estaba siendo agradable, pero no tenía tiempo para meterme en ello. No tenía idea de cuándo se presentaría en el club, lo que significaba que necesitaba llegar allá antes de que él me viera e interceptara.

-No, no esta noche.

Mi otro trabajo era trabajar algunas horas a la semana en una casa hogar para niños que habían crecido como yo. Cuando había un montón de casas de acogida realmente buenas y personas queriendo ayudar en el mundo, también hay muchas realmente malas. Yo quería ayudar. Quería darles a los niños la opción de tener una vida normal, como Hoseok lo había hecho por mí. Iba a la escuela de noche porque eventualmente quería un título en consejería. Quería que los niños en mis zapatos tuvieran una oportunidad de pelear.

-Bueno, sé que no tienes una cita porque el infierno aún no se ha congelado, entonces ¿a dónde vas?

Levanté la vista hacia él y puse los ojos en blanco. Él era un chico tan lindo y amable, siempre me pregunté por qué estaba aquí y no en alguna fraternidad o en algún campus. Tenía un cabello perfectamente estilizado con justo la sombra correcta de castaño y castaño claro. Era un chico educado, y estaba genuinamente preocupado por mí pero no podía meterme en ello con él. No necesitaba a alguien diciéndome que fuera cuidadoso y que cuidara mi espalda porque Jimin era problemas. Mensaje recibido, universo, el tipo era malas noticias; tan malas que no podía hacer nada al respecto. En vez de responder, incliné la cabeza hacia el lado y elevé una ceja hacia él.

-¿Piensas que luzco como un santo?

Él se quedó mirándome como si me hubieran crecido cuernos, y luego soltó una risa.

-¿Qué? ¿Quién te dijo eso?

Metí el dinero y los recibos en la maleta y mis propinas en los bolsillos.

-Solo este tipo. Pensé que era loco.

Él inclinó su cabeza a un lado y me consideró pensativamente por un segundo, luego puso los mechones de cabello que caían sobre su rostro correctamente.

Mejor cuando es audaz. #1  [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora