JIMIN
Tres meses no eran nada comparados con cinco años. Podría pasar tres meses encerrado parado de cabeza. Bueno lo podría haber hecho sin parpadear si no hubiera tenido nada que perder esta vez. Pasé cada día, cada minuto, cada segundo quebrándome y analizando que podría haber hecho diferente. A pesar de que me negué a verlo, a no ver a nadie más que a los federales que me acosaban una y otra vez, Jongin se hizo su camino dentro. Sabía que Jungkook casi había muerto. Sabía que él estaba teniendo un mal momento mientras yo estaba encerrado, y sabía que había roto su corazón cada vez que él trató de venir a verme y les dije a los guardias que lo mandaran a casa.
No había nada que pudiera hacerse sobre ello. No quería que él me viera vestido de naranja convicto, no quería que se doblara y le dijera a los federales que fue quien realmente puso esa bala en Yoongi. Así que a pesar de que se sentía como polvo y cenizas a lo largo de mi lengua, me negué a verlo, y después de la quinta vez, él dejó de venir. Así que me recosté temprano en la noche, mirando el techo de cemento girar una y otra vez tratando de pensar en todas las formas en que lo hubiera podido hacer mejor para Jungkook, podría haberlo prevenido de ser parte de algo de esto. La respuesta era realmente simple cuando lo encontré. Debí haber mantenido mis manos lejos de él, dejarlo solo. De esa forma, al menos no lo habría enredado con Yoongi, eso habría quedado en las manos de Hoseok, en su consciencia, no en la mía.
Los federales habían querido mantenerme encerrado por mucho más tiempo. Mi reputación me precedía, y el hecho de que tenía mala sangre no estaba perdido para ellos. Solo que era mucho más útil como testigo y había obtenido suficiente suciedad en el resto de la operación de Yoongi por lo que eventualmente, había tenido que hacer un acuerdo que involucró el tiempo cumplido y libertad condicional. Jongin estaba enfadado.
El federal al que le habían asignado el caso, estaba arrastrando sus pies para mantenerme entretenido, y Jongin lo sabía. Decía que era porque me negué a estar en custodia de protección. Ellos querían que me mudara, querían que jugara a la casita en algún agradable, callado vecindario y me cambiara el nombre hasta que el caso fuera a juicio contra el último de la pandilla, pero me negué. No sabía cómo vivir en ningún lugar más que en Busan, y nunca he sido del tipo que se esconde.
Realmente, ahora que uno de mis hermanos mayores se había ido, yo era probablemente el tipo más temible en las calles, y aún estaba lo suficientemente molesto por Jungkook saliendo herido, Sohyun siendo asesinada, acerca de Hoseok teniendo que renunciar a su vida y tomando la derrota, que no pensé que nadie iba a ser lo suficientemente valiente para intentarlo y atraparme.
Solamente no pensé en todas las formas que debí haberlo hecho mejor para Jungkook. Pensé en su tacto, su piel, y en la manera en que esos deliciosos labios se curvaban para regalarme una sonrisa. Recordé la manera en la que sus ojos brillaban cuando estaba junto a él, la forma en la que formulaba mi nombre, los momentos de excitación que compartimos, y la forma de ese tono de voz que usaba para recordarme que pensaba que habían dos lados míos y uno de ellos normalmente le asustaba. Apestaba que él estuviera asustado, pero lo comprendía porque solamente le había traído nada más que dolor y problemas. Y súper apestaba porque había más que suficiente en mí para saber que ahora que había estado fuera por dos semanas, la mejor opción era olvidarme de él y dejarlo vivir una vida segura y feliz lejos de cualquier cosa que conmigo trajera.
Dos semanas de libertad. Dos semanas de hacer girar mis ruedas y tratar de averiguar cuál debería ser mi siguiente movimiento. Hasta ahora, todo lo que había logrado conseguir era terminar súper borracho todas las noches y buscar descaradamente pelea con cualquiera que tan solo me mirara de reojo. Estaba siendo temerario y estúpido. Lo sabía y no podía detenerme. En toda mi vida, cualquier cosa que me había sido dada, la había aceptado como parte de tener una vida dura y áspera. Nunca había estado insatisfecho, sabía que había hecho mi parte justa de la jodida mierda que necesitaba enmendar, pero no había sido infeliz o había sentido que estaba olvidando algo. Ahora, lo hice y lo odiaba. Me sentí dividido, me sentí mal y justo en la fina línea de mantenerme cuerdo y no volverme loco.
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Mejor cuando es audaz. #1 [Jikook]
De TodoBienvenido a Busan. Hay una diferencia entre un chico malo y un chico que es malo... conoce a Park Jimin. Sexy, oscuro y peligroso, Jimin no está solo del lado equivocado del camino, él es el lado equivocado del camino. Un criminal, y un matón, él e...